Son momentos decisivos. Y tanto en Unión por la Patria como en Juntos lo tienen más que claro. La interna es feroz en cada uno de los frentes. Y la rosca no se detiene. Faltan solo ocho días para el cierre de listas y todos buscan sacar la mayor ventaja posible para lograr posicionarse hacia adentro.

Mientras que Juntos logró acordar sin mayores problemas los pisos internos para las primerias, en la UP la discusión provocó un terremoto que rajó la tierra y que también tuvo sus réplicas en la provincia de Buenos Aires desde donde el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, disparó contra el armado que promueve, a través del primer mandatario, Alberto Fernández, la candidatura de Daniel Scioli para la Nación y Victoria Tolosa Paz para la Provincia.

Tras aceptar, a regañadientes, y con un duro comunicado hacia los rivales de una eventual interna, el piso electoral de un 30 por ciento, Máximo ahora va en busca de conseguir que todos los intendentes se encolumnen detrás de una propuesta que también involucra a Sergio Massa y a Martín Insaurralde, entre otros dirigentes con peso territorial y armado propio en los distritos.

Máximo sabe que el reglamento de las PASO no permite ir con las dos listas. Scioli, también. Por eso el embajador en Brasil habló de que “algunos intendentes me piden ir con las dos listas”. No dio nombres claro. Pero lo que dijo es real. Sucede que hay jefes comunales que hoy están enojados con el kirchnerismo y entienden que hay una oportunidad, pero no sienten que la boleta nacional y provincial pueda ganar. y no quieren ser arrastrados.

El presidente del PJ provincial ya dejó en claro hacia adentro que no se puede compartir y que Scioli deberá presentar candidatos propios en los 135 distritos. En ese contexto, se sabe, la fuerza del Conurbano tira. Y el exgobernador bonaerense sabe que hay heridos para subir al proyecto. 

Las miradas están puestas en un grupo de cinco jefes comunales que, por diferentes motivos, tendrán que tomar decisiones claras en torno a cómo se acomodarán para dar la pelea local. Y hay tres, en particular, que tomaron la decisión de no hablar. Se trata de Fernando Gray (Esteban Echeverría), Mario Ishii (José C. Paz) y Juanchi Zabaleta (Hurlingham).

Los tres mantienen un enfrentamiento puntual con La Cámpora. Y, por el momento, todos prefieren apuntar sus cañones hacia adentro y enfocarse en la gestión local. 

Los cinco más buscados: los intendentes que mantienen en vilo a la interna del peronismo

Las situaciones no son las mismas. Como es sabido, en Hurlingham, La Cámpora quiere competir tras la experiencia de Damián Selci como jefe comunal luego del salto de Zabaleta al Ministerio de Desarrollo Social. Como expone a través de sus redes sociales, el dirigente se encuentra en campaña con el fin de posicionarse como una opción al actual jefe comunal y hasta comparte algunas de las propuestas que pondría en marcha en caso de ser electo.

Por su parte, Ishii se mantiene lejos de los flashes de la interna y no participa de encuentros con dirigentes. “Estoy convencido de que en las próximas PASO será electo el mejor candidato de nuestro espacio, resaltando que existe total libertad para que cualquier persona participe”, aseguró en las últimas horas.

La enemistad de Gray con Máximo es conocida. Se potenció con la llegada del diputado nacional al PJ bonaerense en una maniobra que el jefe comunal denunció por irregular. La Cámpora hoy continúa con la idea de poner a jugar al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.

Los cinco más buscados: los intendentes que mantienen en vilo a la interna del peronismo

Pero hay dos casos más que tienen sus particularidades. Se trata de lo que sucede en Tigre y Moreno. En ambos distritos el Frente Renovador está decidido a dar la pelea a través de las candidaturas de Malena Galmarini y Damián Contreras. La presidenta de AySA ya dejó en claro que no se va a bajar y habrá que ver que determinación toma Julio Zamora, quien se sigue mostrando cercano. Contreras, por su parte, cuenta con el apoyo de La Cámpora y de exintendentes para terminar con la intendencia de Mariel Fernández, la dirigente del Evita.