Son días difíciles para el PRO. La puja interna a nivel nacional en torno al posicionamiento de sus dirigentes en torno al balotaje presagia parte de lo que podría ser un punto de no retorno. Y la provincia de Buenos Aires es un fiel reflejo para dimensionar el impacto del golpe.

Las caídas del PRO en Lanús, Bahía Blanca y Olavarría, pegaron fuerte. Se trata de tres bastiones de representación regional. Con fuerte influencia en la tercera, sexta y séptima sección, respectivamente, a las que podría sumárseles Pinamar (quinta) y La Plata (octava).

Con este marco de fondo, el jefe comunal de Olavarría, Ezequiel Galli, protagonizó, sin duda, la peor elección de un alcalde para un distrito donde gobierna el PRO al terminar en tercer lugar, detrás del jefe comunal electo, Maximiliano Wesner y de María Celeste Arouxet, representante de La Libertad Avanza.

Galli fue uno de los primeros intendentes de Juntos que salieron a expresar su apoyo a la precandidatura de Horacio Rodríguez Larreta como presidente. Y ese posicionamiento le costó caro. Tras concluir segundo en las PASO, contando la sumatoria de los tres aspirantes de Juntos, el intendente cayó a un tercer lugar que lo eyectó del próximo gobierno de la forma más dura.

No contento con el resultado, Galli fue uno de los primeros en salir a cuestionar el rol que había tenido Mauricio Macri durante la previa electoral. “Claramente Mauricio Macri no es más el líder ni el referente de JxC. Argentina eligió, y claramente fue en un sentido opuesto a lo que venimos proponiendo", escribió Galli en Twitter al responder a una publicación de un periodista.

Los pasos siguientes de Macri confirmaron que Galli no estaba errado. Sin embargo, luego de enarbolar sus críticas hacia el expresidente, el alcalde tomó la decisión de pedirse licencia desde el pasado 25 de octubre al 15 de noviembre.

El momento elegido por Galli se llenó de controversias y generó la pronta reacción del Sindicato de Trabajadores Municipales, quienes se movilizaron para impedir que el alcalde pueda dejar su cargo debido a que se encuentran en medio de negociaciones vinculadas a la renegociación de los salarios.

Esta actitud del intendente se entiende como una clara represalia hacia los trabajadores y trabajadoras municipales, haciéndolos cargo de su derrota eleccionaria. Es necesario que se mantenga en su cargo de forma fáctica y no intente desentenderse de su rol como jefe del Ejecutivo local que gobierna hasta el 10 de diciembre”, expresaron desde el gremio municipal al medio local verte.tv.