El Frente de Todos transita los primeros días de 2023 y ya se empieza ver una diferencia marcada entre lo que pretende el Gobierno nacional y lo que exigen los sindicatos. Mientras desde la Casa Rosada apuntan a tener una paritaria “controlada” y con el piso del Presupuesto 2023, los gremialistas se ponen en guardia y advierten por tener margen de maniobra para negociar con las empresas.

El pleito mediático se dio luego de que la primera declaración surgiera de la boca de la actual ministra de Trabajo de la Nación, Raquel “Kelly" Olmos. La titular de la cartera, en declaraciones radiales, planteó que sería “lógico” que las paritarias de este año estuvieran en torno al 60%, la inflación que proyectó el ministerio de Economía en un Presupuesto que fue aprobado en la Cámara de Diputados y deberá ser ratificado en el Senado. 

Si bien la ministra de Trabajo reconoció que el techo del Gobierno sería del 60%, también consideró atinado que los gremios intenten recuperar algunos puntos extras para que haya una recomposición salarial más “real” que la del año pasado, con una inflación que casi llega al 100%.

Kelly Olmos, ministra de Trabajo
Kelly Olmos, ministra de Trabajo

Esta declaración no generó una reacción positiva en los sindicatos, en especial en los oficialistas. El primero en plantar postura fue Hugo Yasky, actual diputado nacional y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). “Hay un sector del oficialismo que cree que si suben los salarios, va a seguir subiendo la inflación”, respondió el legislador en declaraciones radiales.

Y por otra parte, Yasky fue por más y volvió a reinstalar la idea de que haya un aumento salarial por suma fija, en una nueva exigencia al Poder Ejecutivo y que tuvo del otro lado del mostrador una pelea entre los sindicatos alineados con el kirchnerismo y la Confederación General del Trabajo (CGT).

“Hay que buscar una forma de encarar la recomposición de los salarios que no sea la que ya conocen y manejan los operadores poderosos de la economía. Si simplemente sostenemos la estabilidad de las variables económicas como para administrar esta situación en la que se favorecen los sectores más concentrados de la economía, vamos a llegar maltrechos al final del mandato”, opinó el secretario general de la CTA.

Con relación a la situación económica actual, Yasky indicó que si bien hay un crecimiento en los índices de la actividad, remarcó que “en el bolsillo de la gente eso es relativo y justamente no lo perciben los que nos tienen que votar a nosotros, la gente que forma parte de los sectores populares”.

Hugo Yasky, diputado nacional y titular de la CTA
Hugo Yasky, diputado nacional y titular de la CTA

“Todos sabemos que la inflación es un requisito ineludible para que la oposición tenga chances de ganar la elección. Si en este país baja la inflación, con el desastre que hicieron cuando gobernaron, la oposición sabe que no tiene chances electorales”, cerró.

No fue la única voz en disidencia. Al reclamo de la CTA se sumaron los sindicatos de la UOCRA, SMATA y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE). Rodolfo Aguilar, el representante de los estatales, consideró que “la baja de la inflación no está consolidada y nunca se cumplieron las previsiones presupuestarias”.

Gerardo Martínez, de la UOCRA, rechazó la posibilidad de que el Gobierno determine un “techo” para las paritariasy advirtió que “las paritarias son libres y soberanas de cada sector”. “La CGT no acepta ningún techo ni intromisión de la política para que los salarios sean variante de ajuste”, puntualizó.

La nueva pelea pública entre el Gobierno y algunos sindicatos suma un aditivo a una discusión ya dada que tiene a unos y otros tironeando sus diferencias a través de los medios de comunicación. Como contó Data Clave, la otra pelea en cuestión es la de gran parte del abanico de la CGT contra el kirchnerismo. La central obrera, que ya tiene su propia corriente política-sindical, volvió a pedir que haya lugar en las listas para los trabajadores.

De hecho, algunas relaciones de muy buena sintonía en 2022 empezaron a perder peso. Camioneros, con Pablo Moyano a la cabeza, comenzó a desmarcarse del Gobierno y el kirchnerismo y cuestionó públicamente al presidente Alberto Fernández y al diputado Máximo Kirchner, el primero titular del Partido Justicialista a nivel nacional y el otro en la provincia de Buenos Aires.Hoy el peronismo es un cambalache, sin conducción nacional ni provincial”, lanzó.