Betiana Colhuan tiene apenas 19 años pero es la líder del grupo de encapuchados que atacan vecinos, incendian cabañas y usurpan terrenos en las inmediaciones del Lago Mascardi, a unos 35 kilómetros de Bariloche. Es, como se denonima en la cultura mapuche, la "machi", consejera espiritual y principal figura médica y religiosa de una comunidad. 

Ser machi no es una decisión, sino un destino. Betiana es, desde sus 16 años, la guía de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu. A mediados de 2017 la joven recibió una especie de "mensaje sobrenatural" que llevó a su grupo a instalarse en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en Villa Mascardi. Así empezó el problema que se extiende hasta estos días. Los mapuches usurparon entonces un predio de tierras fiscales y ahora, tres años después, usan ese lugar de base para salir a atacar las cabañas de los vecinos. 

En noviembre de 2017 se hizo efectiva la ocupación de los terrenos y la comunidad empezó también a cortar con frecuencia la Ruta Nacional 40 para visibilizar sus reclamos. El 25 de noviembre, en una de esas movilizaciones, se dio un enfrentamiento dispar entre las piedras de los manifestantes y las balas de plomo de la Prefectura Naval Argentina. Murió así Rafael Nahuel. El joven de 22 años fue asesinado por el prefecto Javier Pintos, según confirmaron las pericias.  

Betiana es la prima de Rafael. Alejandro Nahuel y Gabriela Salvo, padres del joven asesinado, no pertenecían a la comunidad. Fue a partir de la influencia de María Nahuel, su tía paterna, que decidió acercarse a colaborar. María es la madre de la actual machi y tiene además, junto a Cristian Colhuen, otros dos hijos, Micaela y José. Por su parte, Betiana tiene un hijo con Matías Santana, el testigo que aseguró que los agentes de Gendarmería trasladaron el cuerpo de Santiago Maldonado.

Ahora, esta comunidad mapuche encabeza una serie de robos, agresiones y amenazas a los vecinos de Mascardi. En el programa de tv "Con Voz y Voto", de la ciudad de Bariloche, la machi dio una entrevista y anunció que seguirían con sus prácticas violentas. "Los dueños, que viven en Buenos Aires, que están en sus casitas cómodos y con gas, van a tener que ir sacando sus valijas", dijo. Muchas de las residencias ubicadas en el Parque Nahuel Huapi son de gente que no vive allí y que lo utiliza como segunda vivienda. Muchos residen en Bariloche y otros tantos en Buenos Aires. 

Para los vecinos, víctmas de constantes ataques, la legitimidad de la comunidad Lof Lafken Winkul es nula. "No son mapuches, son delincuentes", dice Diego Frutos, dueño de una cabaña que fue incendiada el 2 de agosto y atacada de nuevo veinte días más tarde. El modus operandi de los liderados por Betiana Colhuen se basa en apedrear las casas para comprobar si hay alguien y, en caso de estar vacías, avanzar con la usurpación, el robo o incluso el incendio de la misma. 

No tienen inscripción en el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y no cuenta siquiera con el reconocimiento de otras comunidades reconocidas de la zona. Desde la agrupación mapuche Lof Wiritray - Relmü Lafken, que se ubica a pocos kilómetros y tiene una convivencia sana y respetuosa con los vecinos, publicaron un documento en el que aseguran que no acompañan las tomas. 

"Nunca existió en el citado lugar, hasta noviembre de 2017 ninguna otra comunidad mapuche, ni asentamiento, ni reinvidicaciones territoriales ajenas a nuestro propio reclamo histórico, legítimo y documentado", explican. Además, indican que Betiana Colhuen se toma atribuciones que no le corresponden y van en contra de las tradiciones ancestrales mapuches. "Una machi es una persona que dedica su vida a nuestra medicina pero no cumple un rol ni tiene bajo ningún concepto la autoridad política para decidir dónde debe o no, radicarse una comunidad", argumentan.

Agregan también que si una machi se dedica a "llamar a la violencia, a dividir ni generar discordia, va en contra de su propósito en ésta tierra" y afirman que en la comunidad que lidera la prima de Rafael Nahuel "usa la etnia como excusa para escudarse y robar, amenazar, cuatrerear y mentir, y esconden su rostro para delinquir impunemente en la zona"

Para finalizar, ponen en dudas sus orígenes "Claramente no son de origen mapuche. Los vecinos de la zona aledaña a la ocupación los reconocen como del área metropolitana de Buenos Aires y como punteros de agrupaciones sociales y partidos políticos", dice el comunicado.