No era un secreto, pero sí una duda. El presidente del bloque de diputados de Juntos en la Cámara baja, el radical Maximiliano Abad, no buscaba quedar al frente de la nómina en la pelea por la gobernación. Su rol, sin dudas, era el de armador. Sin embargo, la presión de los intendentes bonaerenses para consolidar a un candidato lo llevó a postularse. "Voy a competir. Aspiro a gobernar la provincia de Buenos Aires en el 2023", le dijo en las últimas horas a La Tecla.

La confirmación se dio luego de que en los últimos días aparecieran pasacalles con la consigna "#MaxiAbad2023" en la Ruta 3. Un camino que atraviesa la principal provincia del país de este a oeste y viceversa. Y que cruza varios de esos distritos del interior donde el radicalismo sigue siendo la principal potencia de empuje para el coalición opositora.

Con ese marco, Abad tomó la decisión de ponerse al frente de una pelea en la que hoy no tiene contrincantes declarados más allá de las aspiraciones personales del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y del diputado nacional, Martín Tetaz. Ambos sin la banca principal de los jefes comunales del interior, pero en el caso del intendente con la conciencia de sus pares de reconocerlo como el más conocido por la historia de su gestión municipal.

Justamente Abad y Posse acordaron hace pocos días la lista de unidad que corrió al radicalismo de tener que someterse a una nueva elección partidaria luego de la cruenta batalla de marzo de 2021, con fuertes acusaciones de cada lado. En aquella oportunidad Abad se impuso por 51 a 49 lo que expuso una fuerte división interna que, según confesaron ambos, gracias a la intervención del diputado nacional, Facundo Manes, pudo destrabarse. Aunque en algunos distritos bonaerenses habrá pelea entre la lista encabezada por los dos mencionados y una tercera de Evolución, que lidera el senador Martín Lousteau.

La presión de los jefes comunales de la UCR no fue menor. Más allá de que buena parte se encuentra alineado con el oficialismo provincial de Abad, las críticas internas de no contar con un candidato para dar la pelea bonaerense había empezado a sonar fuerte puertas adentro del partido centenario.

Y es que, pese a que no lo dicen abiertamente, aunque lo dejan en claro con el micrófono apagado, hay una sensación de que nuevamente se está entregando la Provincia al control del PRO. La candidatura de Abad no disipó esa sensación. "Tenemos que volver a ser protagonistas. Facundo (Manes) nos dejó un piso para aprovechar. No estamos haciendo algo al respecto", le dice a Data Clave un intendente de la UCR en Buenos Aires.

Los alcaldes claman porque Manes baje nuevamente a Provincia y eso les permita el empuje necesario para ganar en sus territorios y para, también, soñar con la idea de que la fuerte puja interna del PRO puede recortarles votos en favor de los libertarios y de esa manera volver a levantar la cabeza. 

Sin embargo, pero algunos "hay un acuerdo de partes de la mesa nacional y nosotros no estamos enterados de todo", agrega el mismo jefe comunal. El temor radical en el interior es que la candidatura de Abad sea la forma concreta de entregar el poder al PRO. Algo que, en los hechos, les resta posibilidades de posicionarse en su idea de ser parte del ejecutivo provincial en el caso de una eventual victoria.

Pero no todo termina ahí. La estrategia interna para algunos es provocar ese gran choque que se dio en las elecciones partidarias de 2021 para que tanto Abad como Posse vuelvan a lograr una buena convocatoria con el fin de dirimir en una elección interna dos modelos de radicalismo.