El canciller argentino Santiago Cafiero y el secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, Fernando Straface, se reunieron este martes en la sede de la cancillería argentina y acordaron trabajar de forma conjunta en acciones de carácter humanitario destinadas a la población ucraniana.   

La reunión ocurrió luego de que el gobierno nacional autorizó el ingreso y la permanencia en el país por “razones humanitarias” de ciudadanos ucranianos por un lapso de tres años. En el mismo sentido de proteger los derechos humanos de las personas en situación de vulnerabilidad, Cancillería informó que coordinó con el Ministerio de Salud los mecanismos para exceptuar a los que egresaron de Ucrania en el marco del conflicto bélico de los requisitos de vacunación, testeos y seguro médico y ofrecerles la posibilidad de vacunarse en nuestro país.

El Canciller aseguró que el gobierno nacional está activando el mecanismo ACNUR -Agencia de la ONU para los refugiados- para establecer un programa específico de ayuda humanitaria. En este sentido, Cafiero remarcó la voluntad argentina a “trabajar con los distintos mecanismos internacionales de ayuda humanitaria en el marco de las Naciones Unidas, como ACNUR”.

Por su parte, Straface afirmó que “desde la Ciudad nos pusimos a disposición del gobierno nacional para colaborar y coordinar medidas conjuntas de ayuda humanitaria y la potencial acogida de los ucranianos y ucranianas que hoy escapan de su país ante las devastadoras consecuencias de la invasión rusa”.

El gobierno porteño trabaja hace años con los migrantes y refugiados que llegan a la Ciudad en un programa coordinado con ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. A través de BA Migrante, iniciativa de la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, el gobierno porteño brinda asistencia y herramientas de inclusión y acceso a derechos para la población migrante y refugiada que llega y vive en la Ciudad.

La colectividad ucraniana en Argentina tiene 300.000 miembros. Si bien la enorme mayoría de los refugiados se quedan en Europa, algunos pueden llegar en virtud de los vínculos familiares o sociales que tienen con descendientes de ucranianos en la Argentina.