El ejecutivo bonaerense sabe que enfrenta una elección compleja. Lo que está en juego es la gobernabilidad. Y la previa electoral se vive con intensidad en las ciudades. Sobre todo en aquellos distritos que son cabecera de sección y que, en definitiva, son la fuerza de tracción para el resto de la región.

Tal es el caso de San Nicolás (por la segunda), Junín (cuarta), Mar del Plata (quinta), Bahía Blanca (sexta), Olavarría (séptima) y La Plata (octava), todos distritos que cuentan con una particularidad: gobierna la oposición.

Y es que más allá del Conurbano, con la primera (donde Merlo, Moreno y San Martín conllevan la mayor representación) y la tercera (con La Matanza al frente) como foco populoso, el Frente de Todos no cuenta con un distrito a su favor que pueda servir de referencia para acompañar el voto regional.

Y es por esto que, con la Cámara baja a su favor y la Cámara alta en contra, el Ejecutivo bonaerense sabe que necesita revertir la situación en alguno de los distritos que hasta ahora le fueron esquivos. Pero parece difícil.

Por eso, según pudo averiguar este medio, la estrategia de la Provincia será mostrarse con mayor presencia en distritos más poblados de las diferentes secciones, como ya pasó la semana pasada con la visita de Axel Kicillof por San Nicolás.

Y reunir a los dirigentes de peso que compiten por entrar al Congreso o a la Legislatura. Y, además, poner en movimiento a los funcionarios nacionales y provinciales para mostrar más parte de lo realizado.

Sin embargo, en ninguno de los distritos se prevé un cambio de aire. Incluso en los gobiernos con más paridad, como Mar del Plata. "Todo lo relacionado a la pandemia nos jugó muy en contra. Y a nosotros nos tocó acompañar a los vecinos pese a que quizá desde la Provincia no llegaba lo que ellos esperaban”, le dice un reconocido dirigente marplatense del Frente de Todos a Data Clave.

Y agrega: “De no haber pasado por una situación así, Montenegro se hubiese tropezado solo. No solo por la pobre gestión sino por las diferencias internas que tiene. Pero todo lo relacionado con la gastronomía y el turismo quedaron muy molestos acá con la gestión provincial pese a que nosotros hicimos el laburo de identificar las diferentes políticas que se pusieron en favor de los vecinos”.

Más allá de La Feliz, y de su implicancia en los distritos de la región, el oficialismo municipal se siente cómodo antes de la inminente elección. “Se habla de un voto bronca pero me parece que es una votación en la que no habrá muchos cambios en relación a lo sucedido en 2019. La población entendió que la pandemia no dejó accionar a nadie como le hubiera gustado. Y que cada uno hizo lo posible desde su rol ejecutivo. Kicillof seguirá siendo Kicillof y los intendentes seguiremos con la misma anuencia de nuestro electorado”, sostiene un jefe comunal de la cuarta en diálogo con este medio.

Justamente por allí pasaron ayer dos dirigentes de peso: Fernanda Raverta (titular de ANSES) y Agustín Simone (ministro bonaerense de Infraestructura). La primera lo hizo por Chivilcoy, otra de las ciudades importantes de la región, donde gobierna el vecinalismo de Guillermo Britos pero desde donde se candidatea Coty Alonso como novena diputada nacional rumbo al Congreso.

El funcionario bonaerense, por su parte, lo hizo por Carlos Casares, Hipólito Yrigoyen y Trenque Lauquen. ¿El objetivo? Cambiar la dinámica. Si no se puede revertir en las ciudades cabeceras ensanchar la diferencia en los territorios locales y achicar en los visitantes.