Los rumores sobre una posible salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía luego de que se apruebe el acuerdo con el FMI recorren el mercado y el Congreso. Sí bien sus posibles destinos aún son inciertos, no son pocos los que sostienen que el economista de La Plata entrenado en la universidad de Columbia, podría ir a tres lugares: la embajada Argentina en Estados Unidos, un puesto relevante en el Banco Mundial o el Banco Central

Cualquiera que sea el lugar en donde vaya el discípulo de Stiglitz, será un sitio en donde ya no tenga preeminencia en lo político. Las razones por la que esto ocurra, es acaso porque su rol técnico le impidió comprender qué en el sistema político argentino no pertenecer a una facción específica en medio de una coalición política permanentemente en guerra interna, lo transforma en un blanco fácil. Sí sabe: una guerra de trincheras cómo vive el Frente de Todos, quién camina por la superficie es probable que se convierta en baja en poco tiempo.

Las versiones cobraron fuerza en las últimas horas con el viaje de Guzmán a Houston, para participar del “CERA Week 2022”, el encuentro anual de energía de mayor prestigio mundial, donde mantendrá encuentros bilaterales con los presidentes y CEOs de algunas de las empresas que operan en Argentina. Mientras tanto, otro actor del Frente de Todos cobró mayor relevancia en los últimos días.

El ministro de Economía funcionaba como un garante para el FMI de que no habría cambios en el proyecto de aprobación del acuerdo durante su tratamiento en el Congreso. La clave se encuentra en la “apropiación” que el organismo quiere se haga de todo el sistema político argentino y garantice la continuidad del programa más allá de qué fuerza política gobierne a partir de 2023

El problema principal es que sin modificaciones en el proyecto la oposición no está dispuesta a acompañar al oficialismo. Desde Juntos por el Cambio se muestran dispuestos a aprobar el financiamiento pero no quieren quedar “pegados” con un programa económico que, por el contexto internacional, tiene altas probabilidades de fracasar. Vale recordar que dentro del Frente de Todos no hay apoyo de La Cámpora y sectores de las organizaciones sociales, que se anticipa no acompañará el entendimiento alcanzado por el hasta ahora ministro Guzmán. 

Ahí entró en escena un nuevo negociador: Sergio Massa. El presidente de la Cámara baja tomó la posta y se está haciendo cargo de las tratativas no sólo con los diferentes bloques. También está en conversaciones constantes con gobernadores, empresarios y el staff técnico del FMI para saber cuál es el margen de cambios que está dispuesto a aceptar el organismo.

"Yo trabajo minuto a minuto para sumar la mayor cantidad posible de diputados que acompañen la ley. Tengo que actuar como hombre de Estado. No es un tema del Gobierno, es de la Argentina", dijo Massa esta mañana en declaraciones a Radio 10.

En ese punto, Massa le saca una ventaja a Guzmán, ya que en su rol conciliador podría sacar rédito político de haber negociado con el organismo cambios que permitan la salida de Diputados del acuerdo con una aprobación más amplia.

"El tema técnico ya está resuelto, y por ende Guzmán ya no es imprescindible en este tramo del debate, ahora todo es político", dijo a Data Clave el diputado radical de JxC, Jorge Rizzoti. Algo similar señalaron desde el Palacio de Hacienda: “Estamos en zona de parlamentarismo puro y duro. Debemos ser respetuosos de la división de poderes”.

Las versiones sobre una posible salida de Guzmán, precedida por el nuevo rol negociador con el organismo con sede en Washington, fue el tema de conversación de ayer entre dos importantes dirigentes del oficialismo. En detalle, entre un referente del FdT con acceso directo a los principales despachos en Diputados y otro que responde al kirchnerismo.

“Parece que a Guzmán lo mandan de gira porque van a cambiar el proyecto y Massa se hizo cargo de las negociaciones”, dijo el dirigente a su compañero de La Cámpora para luego agregar: “me parece que después del acuerdo Guzmán se va”.