El acuerdo con el FMI traerá consigo menos déficit fiscal, menos emisión, más tasa de interés y un Estado que absorberá el crédito del sector privado, esto recreará un escenario de iliquidez que impactará sobre los dólares alternativos. Recesión a la vista.

El gobierno presentó en el Congreso el acuerdo con el FMI y todo parece indicar que la oposición le tenderá una alfombra roja para aprobarlo, a nadie le conviene caer en cesación de pagos.

El oficialismo sigue con un pensamiento económico contrario a la libertad de mercado, esto termina ubicándolo en un Estado represor, desanclado de los precios internacionales y que está incubando un shock inflacionario hacia los meses por venir. Pasaremos a comentar lo que, a nuestro juicio, es un grave error de diagnóstico.

El Banco Central, en su balance cambiario, comienza a notar un déficit que no puede controlar, al no tener reservas para intervenir en el mercado, es flujo dependiente. Debe trabajar para que ingresen la mayor cantidad de dólares posibles y asignarlos eficientemente para que alcance para todos quienes lo demanden. Para lograr este objetivo, el Banco Central procede a reprimir importaciones, lo que trae como consecuencia una desaceleración de la actividad económica. Las empresas que tienen deudas con el exterior, tienen obligación de reestructurar una parte de sus vencimientos, limita a la compra de dólares a particulares, corta el financiamiento para compra de pasajes al exterior, entre tantas otras medidas para entorpecer la salida de dólares.

El sesgo ideológico del gobierno no le permite pensar cómo incentivar el ingreso de dólares, vía una mejora en la cotización del tipo de cambio, menores impuestos a la exportación o quita de las restricciones a exportar determinados productos.

Durante el año 2021 la inflación en Estados Unidos fue del 7% anual. En Argentina fue del 50,9% anual y la devaluación del peso ascendió al 22,1%, esto implica que la inflación en dólares fue del 28,8% anual. La inflación en dólares en Argentina fue 4 veces la inflación americana, y después me dicen que no tenemos un tipo de cambio atrasado.

El dólar blue baja por un escenario de iliquidez: ¿hasta cuándo?

Muchos analistas confunden competitividad de la exportación de la soja, maíz y trigo, que hoy tienen precios excepcionales, con competitividad de productos con agregado de valor. Argentina es el país con el precio del trigo más bajo del planeta. Mientras que en el mundo vale U$S 470 la tonelada, en Argentina se paga U$S 330 la tonelada, sin embargo, los molineros argentinos, con el precio del trigo más bajo del mundo, no pueden exportar harina. Algo parecido sucede con el maíz, en Argentina tiene fuertes retenciones, sin embargo, quien produce cerdo o pollo no es competitivo para exportar al mundo. Mirar la exportación argentina solo por el precio de las materias primas agropecuarias es una mirada miope del problema.

Transcurridos los primeros 3 días del mes de marzo, el tipo de cambio oficial aumentó el 0,6%, esto implica una suba proyectada para los 31 días de marzo del 5,7% y anualizada del 67,6%. Aquellos que esperan una suba del dólar oficial que no se ilusionen, en los meses anteriores hemos visto cómo el Banco Central aumentaba el tipo de cambio oficial y luego desaceleraba la tasa de devaluación para devaluar tímidamente. En los meses de enero y febrero, el tipo de cambio oficial subió el 2,2% y 2,3%, cuando la inflación fue del 3,9% y se espera en torno del 4% para febrero, otra vez la devaluación corre por detrás de la tasa de inflación y tenemos una escalofriante inflación en dólares.

Si en el mes de febrero la inflación es del 4%, la inflación anualizada será del 51,3%, mientras que la suba del tipo de cambio oficial en igual período fue del 19,6%, esto implica que la inflación en dólares sería del 31,7%, superaría en 4 veces a la inflación de Estados Unidos.

El gobierno nacional, en el año 2021, reprimió la suba del tipo de cambio oficial y las tarifas, a pesar de ello logró una inflación del 50,9% anual.

En el año 2022 el gobierno ya se comprometió a actualizar el cuadro tarifario, aunque se desconoce si el tipo de cambio oficial crecerá al ritmo de la inflación, con este dato en mano todo hace suponer que la inflación será mucho más elevada que en el año 2021. Sin embargo, hay que tener presente que la inflación es un fenómeno monetario y el gobierno en el año 2022 emitirá menos pesos que en el año 2021, subirá la tasa hasta que sea positiva contra la inflación, esto recreará un escenario de iliquidez que terminará achicando la brecha cambiaria. La inflación podría bajar, pero la recesión sería desesperante.

El dólar blue baja por un escenario de iliquidez: ¿hasta cuándo?

En el segundo semestre del año 2021 éramos muy alcistas con el dólar blue, ya que en 6 meses se emitieron la friolera de $ 1,8 millón de millones, y el dólar blue pasó de valer $ 172 el 30 de junio de 2021, a terminar el año 2021 en $ 213, lo que implicó una suba del 23,8%, cuando la inflación en igual período de tiempo fue del 20,4%.

En los primeros dos meses del año 2022 el Banco Central emitió solo $ 122.000 millones, y nada hace pensar que emita más dinero en el mes de marzo. Con menos emisión de pesos, algo de contracción en la base monetaria y suba de la tasa de interés, están todos los caminos dados para una baja en los dólares alternativos. Esto no implica que el dólar blue bajara por mejores atributos de la política económica, el gobierno nos lleva a un escenario de iliquidez, absorbe más crédito de la economía, desplaza al sector privado del financiamiento y sube la tasa de interés. En este contexto, el dólar blue no tiene chances de ir en busca de nuevos máximos.

Conclusión

El gobierno sigue con su política de reprimir a quienes demanden dólares, castigar a los que desean exportar, entorpecer los viajes al exterior y complicar el ahorro en moneda extranjera, solo podemos ahorrar comprando dólar bolsa, dólar oficial solo para elegidos.

La gran suba de las materias primas hace que el gobierno se sienta salvado, cuando aún no sabe si el productor agropecuario efectivizará la venta de lo que ha producido. Como el Banco Central no logra visualizar el ingreso de divisas por la exportación del campo, y los mayores precios internacionales se trasladan a precios en el mercado interno, en el gobierno comienzan a hablar de suba de retenciones para el agro. Una vez más la política del castigo.   

El tipo de cambio oficial es muy bajo, y eso se demuestra fácilmente en la economía real, no podemos exportar productos básicos porque nuestros costos nos dejan fuera de mercado. Aquellos que miden la competitividad por el Excel siguen relatando que tenemos un tipo de cambio adecuado, nada más alejado de la realidad.

El acuerdo con el FMI es una condición necesaria pero no suficiente para crecer, Argentina no tiene un plan de desarrollo sustentable, carece de política cambiaria adecuada para crecer y no logra tener equilibrio fiscal. Tiene el flujo de pesos deficitario, y el de dólares reprimido para no caer en un saldo negativo.

En el primer semestre del año 2022 el gobierno podría mantener el tipo de cambio en terreno bajo control, pero tendrá que sacrificar crecimiento económico y un escenario hostil en las encuestas de popularidad. Probablemente, como estamos lejos de las elecciones, podría sacrificar imagen y seguir con el trabajo de reprimir a los que importan, recrear un escenario de iliquidez monetaria y tipo de cambio atrasado, con dólares alternativos achicando brecha.

En el segundo semestre del año, este esquema difícilmente lo pueda sostener, al tener un programa económico flujo dependiente. Reprimir las importaciones para tener una balanza cambiaria positiva nos llevará a una recesión, eso impactará negativamente en el déficit fiscal, con lo cual no podremos cumplir con lo acordado con el FMI. La consecuencia de esta política será una suba del tipo de cambio oficial y un shock inflacionario. Pero esto sucederá más adelante, por ahora podrían subir bonos, acciones y bajar el dólar blue. ¿La producción? Eso ¿a quién le importa en este gobierno?