Un “escenario normal” es que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) aumente las tasas, bajen los precios de los productos agrícolas a sus niveles del 2020/21 y que la economía mundial crezca a una tasa menor del 4%, destacó Equilibra. 

A esto habrá que sumarle el hecho de si Argentina acuerda o no con el Fondo Monetario Internacional, (FMI) lo cual puede mejorar o empeorar aún más las cosas, advirtió la consultora que integran, entre otros, Lorenzo Sigaut Gravina y Martín Rapetti

Desde ya, desechan otra ayuda excepcional, de U$S4.334 millones, como la que recibió Argentina del FMI, y lo que es más, deberá enfrentar pagos por U$S21.000 millones con ese organismo y el Club de París. 

La consultora trazó “tres posibles escenarios” de las exportaciones para 2022, fundamentalmente vinculadas a la evolución del contexto internacional. 

1) Excepcional: las condiciones de elevada liquidez (tasas en mínimos históricos) y expansión mundial (por encima del 4%) persisten sosteniendo un escenario muy positivo para las exportaciones argentinas. 

2) Favorable: pese a que los precios futuros de las commodities agrícolas para 2022 implican una leve corrección a la baja respecto del promedio de este año, estos aún están por encima del promedio, lo que permite junto a un mundo dinámico (expansión en torno al 4%), una expansión aceptable de nuestras exportaciones.  

3) Normal: la normalización de la política monetaria en Estados Unidos —tal vez, con una suba de la tasa de la FED antes de lo previsto— genera una regresión de los precios de las commodities a su media (promedio 2020-2021) y una menor expansión de la actividad global (por debajo del 4%) que frena nuestras ventas externas.  

Estos escenarios para las exportaciones pueden combinarse, a su vez, con otros vinculados al acceso al financiamiento externo.

En este marco, “dado que las chances de seguir pagando cash los vencimientos con el FMI en 2022 (US$ 19.000 millones) son mínimas, podemos plantear dos escenarios financieros alternativos: Acuerdo o Arrears (incumplimiento)”.  

El riesgo país y la brecha cambiaria son dos variables clave que reflejan las implicancias de este cruce de caminos en el corto plazo. Más allá de la calidad del acuerdo que se firme “llegar a un entendimiento con el Fondo significaría en el corto plazo, una descompresión del riesgo país y de la brecha que permitiría reducir el apetito dolarizador de los agentes privados y abrir (aunque sea mínimamente) el acceso al financiamiento externo”

En cambio, “entrar en Arrears con el FMI implicaría en el corto plazo un alza del riesgo país y de la brecha, lo que incentivaría una mayor formación de activos externos privada y cerrar completamente el financiamiento externo, incluyendo el que existe con organismos multilaterales y cartas de crédito para el comercio exterior”