La sequía se llevó todo puesto. La menor venta de trigo y maíz y el adelantamiento de la de soja el año pasado (producto de los programas Soja I y Soja II), hicieron que las exportaciones retrocedieran en el primer cuatrimestre del año 21 % interanual para sumar US$ 21.790 millones.

En tanto, el menor nivel de actividad económica y ciertas restricciones para la compra de bienes de consumo llevaron a que las importaciones totalizaran US$ 23.259 millones, con un retroceso del 6,4 %.

De esta manera, el primer cuatrimestre del año cerró con un saldo negativo de US$ 1.469 millones contra una ganancia de US$ 2.840 millones del 2022, año que terminó con un superávit de US$ 6.923 millones, de acuerdo a lo informado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Pero no solo fue un problema de cantidades, también los precios fueron menos favorables para Argentina ya que Brasil no se vio perjudicada por la sequía y los precios agrícolas estuvieron a la baja respecto del año pasado.

Si hubiesen prevalecido los precios del primer cuatrimestre del 2022, el saldo comercial habría experimentado un déficit sustancialmente menor, de US$ 290 millones, ante precios de las importaciones que subieron apenas 0,4%, pero con un descenso del 4,7% en los valores de los bienes de las exportaciones.

Además, abril marcó el segundo mes consecutivo con resultado deficitario de US$ 126 millones, frente al superávit de US$ 1.454 millones de igual mes del año pasado.

Para fin de mes está previsto que el ministro de Economía, Sergio Massa, viaje a Shanghái en busca de un crédito que le permita a Argentina comerciar con Brasil en la moneda de ese país, y evitar que se caiga el nivel de importaciones de insumos provenientes de ese país. Para eso necesita el apoyo no solo del gobierno de Luiz Lula da Silva, sino también de Rusia, India, China y Sudáfrica, que conforman el Nuevo Banco de Desarrollo.

El plan cuenta con dos obstáculos. El primero: Lula debe contar con el respaldo de los empresarios de Brasil y con el voto mayoritario de la Cámara de Senadores. El segundo: que el banco de los BRICS funcione como garante financiero de las importaciones de Brasil a la Argentina.