El Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) consolidó su guiño al trabajo que viene realizando el ministro de Economía, Sergio Massa, desde que llegó a su cartera con la aprobación de la segunda revisión técnica y el “alivio” de las metas del programa. Sin embargo, advirtió por la fragilidad de la tregua cambiaria que le dio el mercado al Gobierno tras el arribo del tigrense al Gabinete, por los escasos niveles de reservas, la recesión mundial que se espera y los riesgos de avanzar con el ajuste a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2023 en el marco de las diferencias internas en la coalición gobernante.

Este viernes se conoció el visto bueno del directorio del FMI a la revisión de las metas del segundo trimestre del programa argentino por lo que se destrabó un desembolso por US$ 3.800 millones, a pesar de haber incumplido por muy poco margen el objetivo de acumulación de reservas de ese periodo, el cual fue subsanado por los ingresos extraordinarios del “dólar soja”. Por esa medida, el país debió pedir un “waiver” (dispensa) ya que el organismo es reacio a los desdoblamientos del mercado cambiario. 

En el Palacio de Hacienda son optimistas respecto al corto plazo: afirman que la luz verde del organismo permitirá liberar desembolsos del BID por US$ 1.200 millones la semana que viene, algunas novedades sobre otras entidades que podrían llegar en los próximos días, y la renegociación pendiente con el Club de París. Ambos pedidos que los técnicos del Fondo reiteraron al “board” en el documento consensuado con los funcionarios del equipo económico. 

El documento de 109 páginas hace una clara advertencia: “la situación sigue siendo frágil y los riesgos del programa siguen siendo muy elevados”. Advierte que los niveles de reservas son más “precarios que en marzo”, la inflación subió a niveles “preocupantemente altos”, el mercado de deuda local depende del BCRA, la economía está sujeta a una “gama” cada vez mayor de controles cambiarios mientras en Economía analizan cuál será el funcionamiento del “dólar Qatar”, la recesión mundial por los efectos de la guerra en Ucrania y las políticas monetarias más duras en los países centrales. 

“Tales escenarios tendrían importantes efectos negativos repercusiones en Argentina y podría dar lugar a un resurgimiento de las presiones del mercado”, advirtieron. 

El contexto político podría jugar un papel determinante nuevamente, según consignó el equipo del Fondo, a pesar de las señales concretas de Massa sobre avanzar en el cumplimiento de las metas acordadas con el organismo. “Llevar adelante las políticas del acuerdo corren el riesgo de permanecer elevadas y es probable que aumenten aún más a medida que se acercan las elecciones presidenciales de octubre de 2023. Incluso con un endurecimiento de las políticas macroeconómicas, reconstruir la credibilidad de las políticas y reducir la inflación será un desafío, especialmente dadas las preguntas persistentes sobre las diferencias en la dirección de las políticas económicas dentro de la coalición gobernante, sintetizaron.

A pesar de la flexibilidad que mostró el FMI en la revisión que encaró con Martín Guzmán y la presente con Sergio Massa, los nubarrones no se despejaron. Vale destacar que se corrigieron a la baja los criterios de desempeño de reservas que debían ser US$ 5.800 millones en diciembre y ahora serán US$ 5.000 millones, ya que lucía como el objetivo más complicado. Incluso se comenzó a hablar de mantener “metas bianuales”, algo inusual. Pero en el Ministerio de Economía consideran que “lo importante es la tendencia y nosotros vamos en el camino adecuado”, pero la situación social y política también juega.