El ministro de Economía, Sergio Massa, avanza en sus señales de ajuste fiscal previo a su viaje a Estados Unidos, en donde entre otros destinos tiene previsto un encuentro con el FMI. Uno de los objetivos centrales que planteó el titular del Palacio de Hacienda fue el de cumplir con la meta de un déficit fiscal del 2,5% del PBI que prevé el acuerdo con el organismo. La inflación será una aliada para alcanzar esa meta.

En julio, con la llegada de Silvina Batakis como ministra de Economía, hubo una reducción muy fuerte del gasto, respecto al “desborde” que había dejado Martín Guzmán según comentan en los despachos oficiales. El mes pasado, los ingresos crecieron al 7% en términos reales respecto al 2021. 

Sin embargo, un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) destacó que si se extrae de la comparación el Aporte de las Grandes Fortunas realizado en 2021 y los ingresos de este mes por Rentas de la propiedad, el aumento es de un 4%.

En relación a los gastos, los mismos caen al 5% real. La entidad que conduce Hernán Letcher precisó que casi todos los conceptos del gasto se reducen en términos reales, salvo Jubilaciones (+0,5%), asignaciones familiares (+2,6%), pensiones no contributivas (+1%) y subsidios a la energía (+3,9%).

“A pesar de que en el primer semestre la política fiscal fue expansiva (aislando los efectos de la guerra y la base de comparación alta por Grandes Fortunas), en los últimos dos meses se puede notar una reducción del déficit producto de menores gastos en términos reales”, afirmó Cepa.

Por otro lado, explicaron que considerando la metodología del acuerdo con el FMI, el déficit a julio representa el 77% de lo permitido hasta septiembre, por lo que para el bimestre agosto-septiembre queda un margen de déficit fiscal de $265.472 millones. Hacia adelante, las metas fiscales para los últimos 5 meses del año lucen desafiantes y, según proyecciones del Cepa, el déficit fiscal debería reducirse $343.000 millones en el escenario optimista y $674.000 millones en el pesimista.

En tanto, esta semana el Gobierno realizó un “reordenamiento” de $128.000 millones en Gastos de Capital. La consultora Ecolatina, estima que este ajuste solo equivale al 0,15% del PBI. Sin embargo, explicaron que más allá de el “reordenamiento de partidas”, habrá un recorte ayudado por la inflación.

Concretamente, el presupuesto vigente se planificó en un contexto en el cual las proyecciones del mercado arrojaban una inflación en 2022 en torno a un 76%. Dado que actualmente inflación proyectada para el año tiene un piso del 90%, era esperable que las partidas muestren un ajuste nominal al alza para mantener el nivel del gasto en términos reales. Contrariamente, las autoridades decidieron hacer por primera vez un recorte en términos nominales, lo que implica claramente un ajuste del gasto en términos reales para lo que resta del año”, concluyó Ecolatina.