Los altos niveles de adhesión al bono de para sectores vulnerables que pagará el Gobierno mostró la delicada situación social actual. Anses informó que más de medio millón de personas se inscribieron en la primera jornada al Refuerzo Alimentario de $45.000 para adultos sin ningún tipo de ingresos que se cobrará en dos cuotas de $22.500 en noviembre y diciembre. Mientras, la búsqueda oficial es por un acuerdo con las grandes empresas, para alcanzar un sendero previsible de precios e ingresos.

El organismo previsional señaló que "514.000 personas ya lograron acceder al Refuerzo Alimentario y cobrarán el primer pago a partir del 14 de noviembre, según terminación de DNI". El Gobierno cruzó la información de cada inscripto para aprobar, o rechazar, a quienes soliciten este nuevo ingreso de emergencia. Una batalla para focalizar lo mejor posible la medida.

En este marco, a pesar de que la inflación desaceleró en los últimos dos meses, el precio de los alimentos no da tregua para los bolsillos, sobre todo de los más vulnerables. Esto implicó un efecto de deterioro en el acceso a alimentos en los barrios populares de todo el país. 

Por su parte, el relevamiento de precios de alimentos de LCG arrojó un alza del 1,9% en la última semana con una aceleración de 0,3 puntos contra la anterior. La consultora señaló que, producto de un aumento promedio del 2,1% semanal, en octubre ya se acumula un aumento del 6,5%, en línea con lo sucedido en el mismo lapso de septiembre. “La inflación promedio del mes se ubica por cuarta semana consecutiva en 8% mensual”, resaltaron. 

En tanto, los analistas ya anticipan que la aceleración inflacionaria terminará en un aumento de la pobreza y la indigencia durante este semestre. Fue Cristina Kirchner dentro del Gobierno quien pidió mayor pericia para abordar dicha problemática. 

Un relevamiento nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) arrojó que 7 de cada 10 personas que acuden a comedores en los barrios de todo el país sufren de inseguridad alimentaria. Esto significa que dicho universo tuvo que reducir porciones y/o suspender involuntariamente alguna de las comidas diarias.

Esto se explica por la pérdida del poder adquisitivo en estos sectores vulnerables respecto a finales de 2021, en el marco de la aceleración inflacionaria. Isepci destacó que el 90% manifestó comprar menos alimentos que hace un año atrás y el 70% manifiesta haber tenido que elegir productos de menor calidad.