Lorenzo Sigaut Gravina trata de abarcar la mayor posibilidad de variables para explicar el devenir de la economía argentina. Desde la consultora Ecolatina desarrollan un análisis no solo de la “macro”, sino también de la inflación, el mercado cambiario, y el comercio internacional. 

Advierte que este año terminar con un déficit fiscal total del 10% del PBI, y en un eventual acuerdo con el FMI, ese rojo “no puede cerrar en cero”. Un acuerdo en torno a un punto intermedio “puede ser un buen resultado”.  

Destaca que la balanza comercial cerrará con un superávit de unos US$ 15.000 millones pero apunta a que el comercio con China “es una relación entre el centro y la periferia” mientras que con Brasil “es un socio estratégico” con el cual podemos y debemos complementarnos. 

La entrevista completa:

-Data Clave: La economía cayó un 13% en el primer semestre del año. ¿Qué podemos esperar para lo que resta del 2020? 

-Lorenzo Gravina: La cuarentena comenzó a desandarse gradualmente, especialmente en lo que a la producción respecta. Pese a que los casos de coronavirus siguen creciendo, la decisión oficial de extender -sin mayores cambios- hasta el 20 de septiembre el Aislamiento (ASPO) en varias regiones del país muestra que no hay margen para endurecer las restricciones aun cuando el sistema sanitario está más demandando. En ese marco, la economía comenzará a recuperarse. Las empresas comenzarán a recomponer a producir y recomponer sus stocks. Esa es la parte si se quiere más fácil, más rápida de la recuperación. Luego, para fin de año más o menos, vendrá la etapa más compleja, la de la recomposición de demanda a niveles previos de la pandemia. 

-DC: ¿Ustedes observan una rápida recuperación como lo que ocurrió en el 2003? ¿De qué dependerá esa segunda etapa? 

-LG: Hay factores internos y externos que ayudan o hacen más lenta esa recuperación. En el plano local necesitas recuperar la confianza, lo cual alienta la demanda interna. El año que viene vas a tener un “rebote”, un crecimiento del 7%, muy fuerte, pero cuando logres eso vas a estar a mitad de camino, porque este año vas a caer un 13%. Esta no va a ser una recuperación como la del 2003, con un tipo de cambio alto, y un sector ultracompetitivo como el agro, con demanda internacional también muy elevada. Hoy no tenés ese escenario por lo que la recuperación será más parcial. 

-DC: ¿Cuál es la diferencia con lo que pasó en el 2003?

-LG: La recuperación del 2003 fue generalizada, y la del año que viene será más acotada en lo sectorial. Dado el carácter esencial de algunos rubros, la cuarentena impactó de manera muy heterogénea: mientras que en abril los productores de bienes de consumo intermedio, durables y de capital mostraron caídas inéditas, como el 88 % en la Automotriz y autopartes, u 80% en Prendas de vestir y calzado, otros, como Alimentos y bebidas se mantuvieron prácticamente estables. Y eso implica también una diferencia a la hora de “recuperar”. Además, en el 2003 tenías a toda la economía mundial creciendo, y acá todavía tendremos que ver los efectos de la crisis, y en qué situación está Brasil, nuestro principal socio comercial. A Latinoamérica le va a costar uno o dos años recuperar los niveles previos a la crisis. 

-DC: El Gobierno apunta a la necesidad de convertir a Argentina en un país exportador. ¿Se puede eso solo con el sector agrícola? ¿Cuál es nuestra inserción con China? 

-LG: Es evidente que solo con la agroindustria no se puede. Además, corrés un riego climático. Necesitás de Vaca Muerta, del turismo, software. Algo que diversifique la oferta, genere mucha ocupación de mano de obra, pero ese es un proceso que requiere constancia, mucho tiempo. En cuanto a nuestra inserción comercial, Brasil es nuestro principal socio estratégico, porque nos compra Manifacturas de Origen Industrial y Agropecuarias, en cambio China es una relación más “norte-sur”, que se refleja en que ellos compran porotos de soja y los procesan allá. China ayuda para lograr superávit comercial, pero no es Brasil que es nuestro socio estratégico. 

-DC: ¿Crees que un ajuste fiscal, producto de un acuerdo con el FMI puede hacer más lenta esa recuperación? 

-LG: Este año vamos a terminar con un déficit fiscal primario en torno al 7% y el financiero con otro 3 % del PBI. Vos podés utilizar la emisión monetaria para atemperar los efectos de la crisis, pero eso es durante un tiempo. Si vos mantenés la emisión por largo tiempo, si llenas la plaza de pesos, en algún momento la gente se va al dólar y eso lo comenzás a ver en la brecha (entre el tipo de cambio oficial y el blue). Por eso, un ajuste fiscal, monetario, parece inevitable en el corto plazo. ¿De cuánto debe ser? Llegar a “cero” en corto plazo es inviable en término políticos. Creo que llegar a un punto intermedio podría ser un buen primer plazo para cerrar (en un eventual acuerdo) con el Fondo.