Esta semana terminará la ronda del secretario de Comercio, Roberto Feletti, para acordar con las empresas alimenticias un diciembre tranquilo para las góndolas en Navidad. Tiene como aliado al ministro de Agricultura, Julian Dominguez para frenar uno de los precios que más preocupa al bolsillo de los argentinos: el de la carne.  Y es que las subas en el valor de la hacienda en Liniers, que rondan en promedio el 15%, harán que en los próximos el kilo de asado en muchos mostradores se acerque otra vez a los 800 pesos.

La situación con el precio de la carne es un tema fundamental de la inflación argentina y es una polea de transmisión de todos los precios y el gobierno lo sabe: hay un boom mundial por el aumento de los precios de la carne en los mercados internacionales, que subieron 35% en términos interanuales. Por caso, en agosto aumentó un 8% en el CME de Chicago y 5,98% en octubre.

En este contexto Domiíguez, quien cuenta con fuerte apoyo de Cristina Fernández para destrabar la tensa situación que existe con los exportadores de carne en el país, habilitó en  septiembre pasado, después de la derrota del oficialismo en las PASO, la faena de unas 140.000 vacas viejas para que se exporten a China.

Se exportaron mas de 50.000 toneladas. El tema no es menor para normalizar la relación con los exportadores de carne, ya que hasta octubre de este año China compró alrededor de 325.000 toneladas de carne, convirtiéndose en el principal importador de Argentina (75% del total).

Las medidas descomprimieron la suba de la carne, de acuerdo a informes privados el precio de la carne bajó en los últimos cuatro meses de manera consecutiva. En julio la baja fue, en promedio, del 1%, en agosto del 1,4%, en septiembre del 0,1% y en octubre del 0,4%.

Pero en noviembre, la carne que consumen los sectores de alto y medio poder adquisitivo  de animal liviano (ternera, vaquillona y novillito) volvió a faltar, mientras se ofrece el novillo pesado- que se va para los restoranes y la exportación-, dejando a los sectores populares, que complementan su principal ingesta  con la "vaca vieja" que algunos hoy llaman “vaca china”, sin mucha oferta.

En los hechos, la falta de “vaca china” empezó durante la gestión de Cambiemos, ya que comenzó a ser masivamente exportada a China como comprador relevante, vaciando las góndolas de las carnicerías y supermercados, o peor aún subiendo los precios.

El Gobierno, en tanto, busca sostener la oferta, y aún rige el último decreto hasta el 31 de diciembre cuando hay siete cortes populares que no se pueden exportar. Se estima que durante el presente año 2021 las exportaciones de carne vacuna terminarán cayendo alrededor de un 10% versus 2020.

Las alarmas de la Secretaría de Comercio se encendieron cuando este lunes se incrementó promedio de 50 pesos el kilo vivo en el mercado concentrador. "Hoy un carnicero va a recibir una media res de 500 pesos el kilo promedio y el carnicero tiene que vender la milanesa, la pulpa, a $1.000 el kilo. Eso ya empezó", aclaran desde la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya) .

El martes, por caso, el supermercadista Alfredo Coto se fue del Mercado de Liniers. Dicen que fue por los precios. El agente ganadero de su compañía decidió retirarse de la compra de un lote de novillos de 440 kilos que se había comprometido a pagar 248 pesos por kilo, según el sitio Bichos de Campo.

Pero la pelea, más que por los precios, dicen por lo bajo en el Palacio de Hacienda, es por asegurar la oferta de carne. “El mejor ejemplo es lo que hacía Guillermo Moreno” afirma un economista que reviste hoy en las filas de Feletti pero recuerda los hecho por el ex secretario de Comercio Interior.

“Moreno, un mes antes de las fiestas, te frenaba las exportaciones de lengua, porque decía- con razón- que los argentinos de más bajos recursos o por un tema de oferta reemplazan el peceto por la lengua para el Vitel Tone. Los frigoríficos saben que nosotros no vamos a dejar que falte carne. Asi que fijate en el Vitel Tone” afirma el economista peronista. Una pelea entre frigoríficos, exportadores y gobierno por la mesa de navidad. Algo tan argentino, acaso, como el Vitel Tone que se come en las fiestas.