La sangría de reservas no para y el Gobierno busca evitar a toda costa una devaluación. En los primeros seis días hábiles de agosto, el BCRA acumuló ventas netas por casi US$ 1.100 millones. Mientras, la visión oficial es que a partir de este mes haya un alivio por el lado de las importaciones de energía, un mayor ingreso por parte del agro, también por organismos internacionales y un mayor control de exportaciones e importaciones.

La consultora PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, sostuvo que los “idas y vueltas políticos” implicaron una caída de reservas internacionales brutas de US$ 5.381 millones desde el primero de julio hasta el viernes pasado. A eso hay que sumarle la baja de US$ 84 millones de este lunes, ya con Sergio Massa como ministro de Economía. Mientras, sostuvieron que las reservas netas de la autoridad monetaria, medidas por metodología FMI, se aproximan al “piso” de US$ 1.000 millones.

Un cálculo similar realizó LCG. “Así, el margen del BCRA para sostener una posición vendedora por US$ 100 millones diarios se acota a no más de 10 días hábiles”, advirtió la consultora.

En el equipo económico saben que la tranquilidad cambiaria de la última semana depende fundamentalmente de recomponer el stock de reservas, ya que en caso contrario “corre riesgo el veranito cambiario”, como lo definió un importante jugador de la City. “La Fábrica de Dólares” de la que hablan los colaboradores de Massa va a llevar tiempo en ponerse en marcha porque implica fundamentalmente incrementar las exportaciones.

Massa anticipó que espera un ingreso inmediato de casi US$ 7.000 millones para “engrosar las reservas”. Esperan un adelanto de exportaciones del agro por US$ 5.000 millones más desembolsos de organismos internacionales. A eso se sumarán las ofertas de REPO de las que se sabrá más en las próximas semanas. El otro eje es un mayor control del comercio internacional, “habrá palo para los que subfacturan exportaciones y sobrefacturan importaciones”.

El verdadero plan a corto plazo es generar un “puente” hasta septiembre o incluso octubre. Por lo pronto, fuentes de Economía reconocen que en agosto habrá un menor gasto al previsto para comprar energía, desde los US$ 1.900 millones a los US$ 1.250 millones. En junio ese gasto fue de US$ 1.953 millones y en julio se acercó a los US$ 2.200 millones, cifras casi insostenibles. 

Un informe de la consultora Economía & Energía, proyectó que el déficit energético del primer semestre de 2022 llegó a los US$ 2.648 millones, "el más elevado desde 2014", producto de exportaciones por US$ 3.961 millones e importaciones por US$ 6.609 millones, con saltos interanuales de 105% y 190%, respectivamente.

"Las importaciones de energía treparán a un récord de US$ 13.500 millones este año" y el déficit de la balanza comercial del sector ascendería a los US$ 5.800 millones, valor sólo superado entre 2013 y 2014, alertó Economía & Energía.

También saben que habrá una merma en la actividad económica que frenará la compra de insumos al exterior. Eso estará determinado por una baja en el consumo, a partir del impacto de la inflación en los ingresos.