El ministro de Economía, Sergio Massa, ya puso en marcha su plan para “acomodar” el gasto, ya que en su equipo evitan hablar de “ajuste”. El principal desafío será cumplir la meta de un déficit fiscal del 2,5% pactada con el FMI para este año, mientras que en el corto plazo el ministro deberá enfrentar la revisión del segundo trimestre por parte del organismo. En el kirchnerismo se lo acusaba a Martín Guzmán de “ajustador”, ahora es apuntado en el Gobierno por haber “maquillado” las cuentas en el primer semestre.

“Ahora tenemos que hacer cosas que podríamos haber hecho antes y con más tiempo”, se quejaban en el quinto piso del Palacio de Hacienda mientras la nueva gestión desembarca en medio de largas jornadas que se extendieron hasta la madrugada. La referencia tiene que ver con el orden fiscal de las cuentas, aunque también está asociada a la emisión monetaria y la acumulación de reservas en el Banco Central, tema que para el ministro resulta central resolver en las próximas semanas para dar mayor “estabilidad”.

Los responsables de los ministerios fueron citados para este martes por el ministro de Economía para darles a conocer cuáles serán las cuotas presupuestarias con las que contarán de aquí a fin de año. La búsqueda es “fijar” prioridades de inversión y los techos de gasto, es decir, “se vivirá con lo que hay determinado para cada programa vigente, no más”

En el nuevo equipo económico reconocen que la proyección del déficit primario consolidado (administración nacional y organismos descentralizados) acumulado de aquí a fin de año es del 3,2%, 0,7 puntos por encima de la meta pactada con el Fondo. También apuntan al “desborde” del gasto durante el primer semestre del año que llevó el rojo a 0,9% del PBI, el doble de lo que fue en el mismo periodo del año pasado. 

Massa retoma la premisa de “bajar el déficit” al igual que su predecesora Silvina Batakis, que estuvo casi un mes en funciones, y también que Martín Guzmán. A este último es donde apuntan todas las miradas del Gobierno, no solo del nuevo titular de Hacienda, ya que acusan al ex ministro de “maquillar” las cuentas para aprobar la revisión del FMI del segundo trimestre en cuanto al déficit

“A veces se gasta de más, pero después se aplica la contabilidad creativa y no dejan cargadas las cuotas o el crédito. Después viene la cuenta”, resumieron en el Palacio de Hacienda. El giro en el discurso del Gobierno respecto a este tema resulta llamativo: el kirchnerismo “limó” a Guzmán acusándolo de ajustar de más y ahora se lo tilda de todo lo contrario

La estrategia de Massa para “ordenar las cuentas” puede resumirse en seis pilares: congelamiento de la planta estatal, avanzar rápido con la demorada segmentación tarifaria y sumarle el criterio por consumo, recaudar más al controlar la subfacturación de exportaciones, mayor control en los planes sociales y también revisar los créditos que otorgaba el ex Ministerio de Desarrollo Productivo. 

Lo más significativo será la cuestión tarifaria, que ya se trabaja junto a la Secretaría de Energía. Resta saber qué sucederá con esa dependencia en cuanto a los nombres que quedarán a cargo del área. El jueves de la próxima semana se conocerán los detalles finos de la nueva segmentación que propone Massa, que contempla ingresos pero además el consumo residencial. 

Lo de ajuste podemos discutirlo, porque los subsidios se volvieron una especie de Hood Robin, porque por ejemplo le subsidiamos la luz al 20% que consume el 50% de la demanda total, que tienen la capacidad de pagar la boleta plena”, explican en el Ministerio de Economía. 

Respecto al acuerdo con el FMI, en las próximas semanas comenzará la revisión del segundo trimestre, para el que Guzmán aseguró que se habían cumplido todas las metas, y en septiembre se dará la revisión por parte del directorio del organismo. Massa deberá sentarse con las autoridades del organismo a explicar la situación de Argentina.

“No vamos a marcarle la cancha por los medios”, contestaban en Hacienda ante la consulta de si se pondrá sobre la mesa la posibilidad de cambiar los objetivos. El FMI ya avisó que se requieren "acciones dolorosas" para los próximos meses. La duda es cómo eso golpeará en los ingresos y la actividad económica. 

La señal de consolidación fiscal es para el Fondo, pero también para el mercado. En el equipo de Masa coinciden en que un ordenamiento de la macroeconomía es fundamental para calmar las expectativas negativas que generan presión en el tipo de cambio y la inflación. Aún falta saber quién ocupará el cargo de secretario de Política Economía, virtual viceministro, cargo que suele coordinar todas las áreas del Ministerio para llevar adelante el plan macroeconómico.