La nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, asumió en un contexto de crisis política y económica que amenaza con llevar la inflación a niveles que no se veían en los últimos 30 años, además de una paralización de la economía. A eso se suma un contexto mundial en el que la guerra en Ucrania profundizó los problemas que dejó la salida de la pandemia y, en el caso de Argentina, también los que dejó la gestión de Mauricio Macri en el Gobierno.  Así, la nueva encargada de Hacienda deberá hacerse cargo, cual chef que sigue una receta que comenzó otro, los seis ingredientes envenenados de la olla que destapó este lunes:

1. Brecha cambiaria

La mirada oficial es que este ítem está generando incentivos para que las empresas subfacturen exportaciones y sobrefacturen importaciones. Es que quienes venden sus productos o materias primas al exterior consideran que los perjudica liquidar al tipo de cambio oficial y pagar sus costos de producción a los paralelos. Por su parte, quienes traen insumos o bienes intermedios temen por cuál será el costo de reposición de los mismos.

Por su parte, la ministra precisó ayer que el tipo de cambio “está bien, es competitivo y debe mantenerse así” por lo que se puede esperar una aceleración del “crawling peg” de la mano de la inflación. “Necesitamos que nuestros exportadores exporten más y que no estén especulando con lo que va a pasar el mes que viene”, sentenció.

2. El desplome de bonos en el mercado

 La caída en el precio de los bonos CER generó que, además del Banco central, muchas entidades del Estado fueran a vender en pesos bonos AL30 y GD30 que son los utilizados para compra y venta de dólares financieros, como el MEP y el CCL. El objetivo es bajar la ganancia de esa operación para desincentivar el desprendimiento de los bonos en pesos atados a la inflación. 

3. Exceso de emisión

La consecuencia de esta dinámica es que para cubrir parte del déficit del Tesoro el BCRA emitió más de $1 billón en el último mes. Este proceso comenzó con el desarme de junio, cuando todavía estaba en plenas funciones Martín Guzmán. Ahora, la desconfianza del mercado es sobre cómo se va a financiar el déficit creciente por el incremento del gasto y el rechazo a los títulos locales.

4. Inflación en alza

Las últimas restricciones para importación llevaron a las empresas a remarcar precios por la incertidumbre sobre sus costos de reposición, ya que deben financiarse a 180 días el excedente en valor del equivalente importado en 2021. Este lunes, y desde la semana pasada, los proveedores ya enviaron listas con importantes aumentos e incluso sin precio fijo a condición de fijarlo cuando se tranquilice la coyuntura.

5. Tarifas desfasadas

 La disparada en los precios de la energía también operó como una presión adicional en las cuentas públicas a través de los subsidios de gas y electricidad. Batakis adelantó que avanzará con la segmentación pactada con el FMI y pondrá a su gente en la Secretaría de Energía, ahora compuesta por funcionarios kirchneristas que dificultaron la aplicación del plan Guzmán. La ministra explicó que también buscaría segmentar “por consumo” pero lo haría más adelante.

6. Acuerdo con el Fondo

El último ingrediente tiene que ver con la renegociación o revisión del acuerdo pactado con el FMI, que impone metas trimestrales y anuales de déficit fiscal, emisión monetaria y acumulación de reservas. En principio, Batakis anticipó que mantendría las anuales, pero que “seguramente habrá revisiones en las trimestrales”.