El precio de la Canasta Básica Total, aumentó 3,7% en noviembre y alcanzó los $51.775, para que una pareja con dos hijos compre la comida indispensable, indumentaria y transporte, y no caiga por debajo de la línea de la pobreza, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) .

El Indec dio cuenta además que el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que solo reúne los alimentos indispensables para sobrevivir, subió 4,2% en noviembre, por lo cual el mismo grupo familiar necesitó contar con ingresos por $21.573 para no caer debajo de la línea de la indigencia.

En medio de ese panorama, la inflación de noviembre fue de 3,2% por debajo del 3,8% de octubre – la mayor del año, pero con un alza del 3,9% en la Inflación-Núcleo. Además, mientras que una familia necesitó de $51.775 para no ser pobre, no debió superar los $ 73.244 para no pagar el Impuesto a las Ganancias.

En los primeros 10 meses del año la Canasta Básica Total aumentó 32,9% y la Alimentaria el 38,4%. Esta diferencia se debe a esencialmente en que las tarifas de los servicios públicos, y el transporte, se encuentran congelados por lo cual disminuye la ponderación que tiene la comida dentro del índice. En los últimos doce meses, el costo de la CBT avanzó 37,7  y la CBA 42,9 %, informó el Indec.

El aumento de estos índices está en consonancia con el aumento del índice de Pobreza, dado a conocer hace diez por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que creció al 44,2%, frente al 40,8% de finales del 2019.  

Además, uno de cada cuatro de las personas que están en la pobreza, son indigentes, es decir, no tienen los ingresos para comprar el mínimo de comida para la subsistencia. Así, ese índice aumentó al 10,1% desde el 8,9% del año pasado, informó la Universidad Católica Argentina (UCA).

Durante la cuarentena dispuesta para combatir el Covid 19, un 33,8% de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, debió reducir al menos un alimento (carne vacuna u otras, verduras frescas o leche) por haber tenido menos ingresos durante la pandemia, informó el Indec.

Entre los hogares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el porcentaje de quienes debieron reducir el consumo de al menos uno de estos alimentos alcanzó al 21,2%, en tanto que para los que residen en el conurbano bonaerense, fue del 38 %. 

El resultado forma parte “Estudio sobre el impacto de la COVID-19 en los hogares del Gran Buenos Aires”, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en la Ciudad de Buenos Aires y los partidos del conurbano bonaerense, entre agosto y octubre.

El relevamiento dio cuenta también que el 49,3 % de los hogares de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense vio reducir sus ingresos durante la pandemia, informó hoy. Además, el 45,8% de los hogares redujo “el consumo de productos no alimentarios”.