Las internas continúan expuestas dentro del Frente de Todos. Finalmente, el Senado convirtió en ley la aprobación del financiamiento con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, y al igual que sucedió en la Cámara baja, legisladores de La Cámpora y algunos del PJ votaron en contra del acuerdo.

En total, hubo 13 votos en contra. Entre los oficialistas díscolos se encontraban los camporistas Mariano Recalde, María Eugenia Duré, Anabel Fernández Sagasti y Matías Rodríguez; los kirchneristas Oscar Parrilli y Juliana Di Tullio; además de los puntanos María Eugenia Catalfamo y Adolfo Rodríguez Saá, el rionegrino Martín Doñate, la salteña Nora del Valle Giménez, la santacruceña Ana María Ianni; la chaqueña María Inés Pilatti Vergara y el jujeño Guillermo Snopek.

En total, hubo dos abstenciones de la coalición gobernante de las tres totales: la rionegrina Silvina García Larraburu y la neuquina Silvia Sapag, mientras que la tercera fue del Movimiento Neuquino, Lucila Crexell.

A favor del proyecto votaron 20 oficialistas, empezando por el jefe de la bancada, el formoseño José Mayans, pasando por otros legisladores de relieve como el tucumano Pablo Yedlin y el misionero Maurice Closs.

En un estilo muy peculiar y recurrente en los últimos tiempos del FdT, quienes votaron en contra salieron con un duro comunicado de 8 páginas justificando su posición.

"Esta artificial encrucijada a las que nos pretenden someter, de aceptarse, se transformaría en la derrota no solo del pueblo, que sufrirá las consecuencias de este pacto, sino que, además, se transformaría en la dolorosa derrota de la política, verdadera y vital herramienta que desde nuestras bancas pero fundamentalmente como militantes, no estamos dispuestos a aceptar", afirmaron en el texto.

En el documento, que fue publicado en redes sociales al finalizar la sesión en la que se aprobó el acuerdo con el FMI con 56 votos a favor, los senadores alertaron como "de difícil cumplimiento" a las metas fijadas en el entendimiento y afirmaron que no permitirían el crecimiento económico.

En un texto titulado "Crecer para pagar. ¿Es posible con este pacto?", los legisladores sostienen que su posición "no es espasmódica ni repentina, sino que es el resultado de un proceso, no exento de tensiones y debates, que se vienen desarrollando desde el primer momento en el que comenzaron las negociaciones con el FMI y los resultados a los que se arribó en la negociación de la deuda externa que condiciona al país y la vida de las familias argentinas". 

Los senadores aseguraron que el préstamo político a Macri "se hizo bajo múltiples irregularidades para la legislación y la institucionalidad de nuestro país y para el propio FMI".

"Aquí radica, creemos, la cuestión institucional y política más grave de toda la operación. En lo que constituye quizás el hecho más pernicioso de los últimos años para la salud y la calidad institucional de la Argentina, la toma de deuda de Macri fue hecha de forma irregular, informal, y de espaldas al pueblo", sostuvieron.

Luego de enumerar una serie de irregularidades en la toma del préstamo, aseguraron que "toda la operación de esta deuda fue violando el propio estatuto del Fondo".

Añadieron que hoy se está "frente a la aprobación de un nuevo pacto con el Fondo, que dada la experiencia de nuestro país, sabemos que no logrará cumplir con el objetivo de 'crecer para poder pagar'". Asimismo, afirmaron que no son "ingenuos" y que "nunca" esperaron que "el FMI se volviera "keynesiano", ni que dejara de promover "planes de ajuste".

Por eso, agregaron, "más allá de la aprobación de esta renegociación, creemos que el centro del debate político en Argentina es cómo tener un programa de crecimiento económico que supere las recetas fallidas de programas de ajuste y recesión".

En otro de sus párrafos, el documento retoma una definición de Máximo Kirchner al afirmar que "los números tienen que 'cerrar con la gente adentro'", mientras que al entrar en detalles económicos vaticina que el acuerdo con el FMI provocará una caída del consumo y de la actividad económica, y por lo tanto de la recaudación, al mismo tiempo que tendrá efectos inflacionarios por las exigencias devaluatorias.