Sistema acusatorio, fusión entre fueros, revisión del Consejo de la Magistratura, comisión para revisar y proponer reformas. Esos fueron los ejes que Alberto Fernández planteó en su primera apertura de sesiones legislativas, cuando los alcances y efectos que tendría la pandemia era aún un misterio.

Dos años después de eso, el sistema judicial sigue prácticamente igual y las reformas que se intentó impulsar quedaron estancadas en la Cámara de Diputados, resistidas por la oposición y por algunos aliados inclusive. La fusión de fueros, con la promesa de licuar un poco el poder de Comodoro Py, jamás se concretó. En ese momento, se planteaba la posibilidad de unificar los doce juzgados federales con los once del penal económico, de manera de aligerar la influencia de los jueces de Retiro. No obstante, y a pesar de que el proyecto fue presentado a mediados de 2020 con una Marcela Losardo que ya era bastante criticada en su rol de ministra de Justicia, la idea quedó estancada en el Congreso.

El comité que formó el Presidente generó más polémicas en los medios (donde varias veces se filtraron hasta datos inexactos sobre su funcionamiento) que cambios reales. Las propuestas que los y las notables presentaron tampoco llegaron a consolidar una gran reforma del sistema de justicia. 

En cuanto al Consejo de la Magistratura, fue la urgencia de un fallo que se venía por parte de la Corte lo que llevó a que el oficialismo presentara un proyecto de reforma del organismo. Ese intento de primerear no funcionó: los jueces consideraron que la conformación del Consejo era inconstitucional y tres de ellos (Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz) le agregaron una nueva complejidad: no solo no deben 13 los integrantes sino que, hasta que se discuta la cantidad de miembros, se debe volver a los 20 y todo debe suceder antes del 16 de abril. Si esto no sucede, los actos que se lleven adelante serán nulos.

Dentro del Consejo están las ternas claves para elegir jueces/zas. Entre varios lugares en disputa están los ya famosos puestos de los trasladados Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi en la Cámara Federal de Py. Para aprobar ternas, se requieren dos tercios de los votos de los consejeros, algo que actualmente el oficialismo no tiene y la oposición no quiere darle.

En este contexto, en el acto de apertura de sesiones de este martes estarán los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, tras una semana de mensajes cruzados y la consulta sobre si podían seguir el discurso por zoom, como lo hicieron el año pasado. Desde el gobierno le cerraron esa posibilidad. 

El año pasado, quien fue eje central de las críticas al Máximo Tribunal fue Elena Highton de Nolasco, la única mujer que integraba la Corte y que renunció para jubilarse en noviembre de 2021. La crítica había sido justamente por permanecer en su lugar post 75 años y con un fallo que en su momento el gobierno de Cambiemos no apeló. 

Sin embargo, Highton era “la más cercana” a cierto sector del oficialismo o, por lo menos, tenía un diálogo que ahora prácticamente no existe. La Corte se ha convertido en uno de los puntos a los cuales el Presidente suele criticar de manera directa y abierta. 

La molestia actual tiene que ver con el funcionamiento del Tribunal y con la llegada, en algunas semanas, del presidente de la Corte a la presidencia del Consejo de la Magistratura. En el oficialismo ven con molestia esa situación, a la que consideran una concentración de poder. En Tribunales, como siempre, escucharán el discurso de apertura de sesiones sin expectativas y casi con la certeza de que estarán entre los más criticados.