El día después del rugido del León, el ministro y candidato a presidente Sergio Massa y el presidente aún en ejercicio, Alberto Fernández, salieron a tomar medidas por la derrota del oficialismo y a tratar de contener la reacción adversa de los mercados.

La decisión del Banco Central de devaluar el dólar oficial casi un 22% para llevar el tipo de cambio que se usa en importaciones y exportaciones a $350 tuvo como objetivo evitar una corrida, aunque no pudo evitar que el dólar blue se disparara otra vez, para cerrar a $685.

Según fuentes del mercado consultadas por Data Clave, el Gobierno les informó el lunes a las principales exportadoras de granos y productos agrícolas que no habrá un nuevo tipo de cambio especial para la soja y que desde ahora todas las exportaciones se regirán por ese valor de $350.

Es decir, no habrá un nuevo dólar agro, cómo los que fue habilitando el gobierno en forma sucesiva para estimular las ventas de las agroexportadoras. Pese al nuevo salto del dólar blue, el BCRA compró 220 millones de dólares.

Una fuente cercana al Presidente, confió a Data Clave que el lunes “empezó con el temor de una corrida de pesos y dólares. Eso se frenó. El BCRA compró 220 palos. No hubo retiros de depósitos en pesos y dólares. Hubo muy pocos retiros de los fondos comunes de inversión. No hubo que intervenir en el mercado de títulos con dólares”.

La evaluación en la Casa Rosada es que con “las medidas que tomamos pararon una estampida de horror provocada por Milei”, que se reflejó en la caída de los títulos públicos y de las acciones de empresas argentinas que cotizan en Nueva York.

El anuncio de la devaluación fue acordado con el FMI. Según las fuentes oficiales, en el organismo evalúan, en referencia a Milei, que “ganó un Trump sin Partido Republicano. Ganó un Trump que actúa como un lobo solitario. Si gana no va a tener ni diputados ni senadores. Ese es el mayor pánico qué hay en el mundo. Nadie es más odiado en el mundo central que Trump".

Por eso apenas un par de horas después del anuncio del BCRA de la devaluación del 22 y la suba de la tasa de interés para retener los plazos fijos, el FMI emitió un comunicado para informar que el 23 de agosto se reúne el consejo directivo del organismo para aprobar el nuevo acuerdo y liberar nuevos fondos que podrían llegar a U$S 10.750 millones.

Massa llegó temprano el lunes para coordinar las nuevas medidas, que incluyen también regulaciones para el dólar MEP y la creación de nuevo equipo para negociar los precios con las empresas, de modo de tratar de evitar que la devaluación se traslade en forma lineal.

En simultáneo se hizo el análisis político. A partir de ahora se buscará polarizar con Milei, tratando de romper el relato de que representa una postura liberal cuando, en rigor es un candidato de ultraderecha. 

Por ese compara lo que ocurrió en otros país del mundo. Por ejemplo, en Brasil, donde Lula derrotó a Bolsonaro, en Francia donde Macron le ganó a Le Pen, en España dónde Sánchez se impuso a Vox. Acá se plantea Massa vs. Milei.

Tras la victoria de Bullrich en la interna de Juntos, creen que ella y Milei van en busca de los mismos votos, por lo que se abre el espacio para buscar los votos de Horacio Rodríguez Larreta y de Juan Schiaretti, de votantes más moderados que miran con espanto las propuestas del libertario.

Massa lo anunció en la misma noche de domingo: la necesidad de construir un nueva mayoría que confronte con la propuesta de ultraderecha. Se analiza que Massa fue el segundo candidato más votado en forma individual y que la victoria de Milei también pegó en Juntos, que en forma conjunta no pudo superar el 30%.

En las PASO de 2019, Macri llegó a un 32%. El domingo las dos fórmulas de Juntos sumó 28%. Por eso confían en que ahora la pelea es Massa-Milei. En eso están desde el lunes.