Uno de los temas que despierta más polémica en el mundillo de la política argentina en este momento es la designación pendiente del Procurador General de la Nación. El oficialismo busca vía Congreso realizar una modificación de la mayoría necesaria en el Senado para aprobar la designación. Hasta el momento se necesitan los ⅔, mientras que el Ejecutivo busca reemplazarlo por una mayoría absoluta.

Esto encendió el debate con la oposición, pero incluso hasta el propio candidato a procurador del Presidente Alberto Fernández, Daniel Rafecas, amagó con bajarse. Palabras más, palabras menos, el juez dijo que si la reforma de la Ley del Ministerio Público Fiscal impulsada por el oficialismo modifica la mayoría del Senado necesaria para su designación para él será "imposible seguir adelante con la postulación" porque lo considera un "límite ético insuperable".

Enterado de este desplante, el mandatario nacional afirmó ayer en declaraciones a Radio 10 que “Voy a llamar a Daniel Rafecas, creo que se precipita. Es un hombre del derecho. Le debe afectar este manoseó político que esto genera y eso no le gusta”.

No obstante, no todos en el Gobierno están tan convencidos de esperarlo. “Creo que Daniel Rafecas puede seguir insistiendo en, con su nombre y su prestigio, lograr los consensos que cree posibles (para llegar a Procurador con los dos tercios del senado)”, disparó el ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria. Entre líneas, se lee un mensaje al candidato del Presidente y empiezan a soltarle la mano.

Sucede que la posición de Soria lo deja en una situación complicada al juez. Es prácticamente inviable pedirle a Rafecas que se ponga él a buscar los consensos en el Senado. De esta manera, quedan en evidencia las diferencias internas dentro del Frente de Todos, donde un sector nunca quiso al candidato de Fernández como procurador.

Cabe recordar que no es la primera vez que un Ejecutivo quiere renovar la ley del Ministerio Público para sacar el “molesto” requisito de los dos tercios. Hace tres años, un proyecto ingresó al Senado de la Nación. Llevaba las firmas del por entonces presidente provisional del Senado, Federico Pinedo; del jefe del bloque radical, Ángel Rozas, y de los peronistas Miguel Pichetto y Rodolfo Urtubey. La clave en aquel momento era lograr que el procurador sea aprobado con una mayoría absoluta (algo más accesible de conseguir) y lograr una reducción en la duración del cargo, que ahora es vitalicio.

Por supuesto, ahora en Juntos por el Cambio se oponen a la iniciativa que impulsaban tiempo atrás, cuando eran oficialismo. “Esta ley no es urgente, no responde a las necesidades que tienen los argentinos hoy. Además, lo rechazamos porque los quieren es borrar a los fiscales independientes. Quieren garantizar la impunidad”, señalaron ayer en el debate en comisión de Diputados.