El presidente Alberto Fernández recibió ayer a un grupo de intendentes bonaerenses en actividad y otros con pedido de licencia que ocupan cargos nacionales y provinciales. Se trató, en concreto, de un win win tras lo que fue el acto del pasado sábado en Mar del Plata donde el presidente del PJ de Buenos Aires, Máximo Kirchner, aprovechó el encuentro para cargar contra la figura del primer mandatario.

De esta manera, Fernández tuvo su foto de unidad y los jefes comunales pudieron reclamar los fondos necesarios para poder dar, en los distritos, la pelea por el 2023.

Se trató de un encuentro que sirvió como la continuidad del reclamo interno que también subió hacia el ejecutivo provincial a cargo de Axel Kicillof. Los jefes comunales son claros: sin fondos, no hay paraíso electoral.

Para colmo, el mandatario provincial tendrá por delante en estos días los embates de los alcaldes opositores, quienes para poder avanzar en la discusión del Presupuesto 2023 reclaman fondos por más de 80 mil millones.

El Presidente y el Gobernador tienen por delante la difícil tarea de salir a contener a una tropa más que necesaria para que el Frente de Todos pueda dar la pelear con fuerza. Y en ese marco, los intendentes se sienten fuertes. Saben que, más allá de lo que muestran las encuestas a nivel nacional o provincial, el voto local está retenido.

Me toca gobernar una provincia con 135 municipios, 17 millones de habitantes y 300 mil kilómetros cuadrados", dijo Axel Kicillof el pasado durante la 15° edición de la Expo Congreso de los Municipios y las Ciudades para Vivir Bien. "Y sin los intendentes sería imposible”, remarcó.

El gobernador sabe que, más allá de que el vínculo hoy con los jefes comunales es estable, no es el Conurbano de donde se lleva los respaldos de los intendentes. De hecho, los alcaldes que más salieron a apoyar su reelección fueron los jefes comunales del interior.

En ese marco, el gobernador tiene por delante la difícil tarea de contener la tropa y para eso necesita que los intendentes que tiene en el gabinete no vuelvan todavía a sus distritos. Para Kicillof, hoy Martín Insaurralde y Leo Nardini, son indispensables en el arte de la comunicación con los alcaldes en lo referido a los fondos.

Algo similar a lo que pasa con el Presidente y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, pieza clave para articular no solo con los jefes comunales sino también con el diputado nacional Máximo Kirchner.

En ese marco, los intendentes cada vez tienen más en claro su rol. Así lo expuso el alcalde de La Matanza, Fernando Espinoza, pata tradicional del PJ del GBA. “El viejo concepto del intendente dedicado a alumbrado, barrido y limpieza no va más". Y agregó: "Hoy atendemos y resolvemos muchas cosas muy complejas. La pandemia demostró que el Presidente y el gobernador definen las políticas, pero los intendentes son los que ejecutan. Somos la columna vertebral operativa del Estado, el primero de los tres niveles".

Tras las elecciones del 2021, los intendentes del PJ terminaron de confirmar que el voto ascendente existe. El cambio entre las PASO y las generales lo evidenció. Y hoy realizan sus reclamos con la presión del voto como un elefante que nadie ve adentro de una habitación.

"Todos tenemos el mismo objetivo. No hay nada distinto. Alberto y Kicillof son las caras. Pero en el territorio estamos los que el vecino reconoce como aquellos que pueden atender sus necesidades. Si no vemos eso, no vemos nada", le dice a este medio un intendente del AMBA.

En ese marco, los jefes comunales quieren correrse de las pujas. Sienten que no suman a la hora de salir a buscar el voto en el territorio. Y a menos de un año de los comicios entienden que lo que vale son los actos: fondos para llevar adelante las políticas necesarias a nivel local. Para, de esa manera, no solo asegurar el voto local sino poder sumar de abajo para arriba algo que, sin un candidato presidencial de peso (con excepción de Cristina Fernández de Kirchner), será más que necesario.