En septiembre pasado el Senado bonaerense aprobó la Ley de Emergencia Económica, Productiva y Financiera para el sector del turismo. Se trataba de una iniciativa que tenía como fin otorgar una serie de beneficios impositivos para paliar el pobre ingreso de las empresas y trabajadores del rubro durante la pandemia. Entre otras medidas en el marco de la iniciativa se otorgaría la “condonación de deudas fiscales, la postergación de vencimientos de impuestos y tasas provinciales y regímenes especiales para el pago de obligaciones impositivas”.

Sin embargo, según pudo averiguar Data Clave la ley no fue reglamentada por la Provincia. “En septiembre aprobamos una ley que presentamos en abril y que el Frente de Todos nunca quiso dar los consensos para que se apruebe porque decían que no hacía falta”, le dice a este medio la diputada bonaerense de Juntos, Johanna Panebianco.

Casi un año después de su aprobación la ley está cajoneada”, sentencia. Y agrega: “Hay una gran preocupación en el sector hotelero y gastronómico. Cerraron muchos hoteles y los empleados fueron perdiendo sus fuentes de trabajo. Hablamos de conserjes, de personal de limpieza, de mozos. Oficios asociados al sector que poco tienen que ver con lo que el oficialismo busca convertir en una discusión ideológica”.

La ley además, facultaba a coordinar con el Banco de la Provincia de Buenos Aires, líneas de crédito especialmente destinadas al sostenimiento y reactivación de la actividad turística y otorgar subsidios de acuerdo a los criterios que se considere, y coordinar con el Estado Nacional políticas conjuntas y/o complementarias, que tengan como objetivo contribuir al sostenimiento y reactivación de la actividad turística en la Provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, la ley no se reglamentó. Y según sostiene Panebianco en la actualidad “hay 9 puestos de trabajo que se pierden por hora entre cheff, valet parking y otra infinidad de trabajos directos e indirectos”.

Como es sabido el sector turístico fue de los más golpeados por la pandemia y pese al repunte que hubo tanto en el verano como en las recientes vacaciones de invierno fueron casi 1700 hoteles los que cerraron a nivel nacional y unos 80 en Mar del Plata, entre otros que tampoco volvieron a abrir sus puertas y quedaron en suspenso como el Sheraton.

Se trata de una serie de programa de alivio por afuera de los dictados por el ejecutivo y que buscan atenuar la pérdida sufrida por el sector producto de la pandemia. “Los trabajadores hoy piden contar con la posibilidad de postergar los créditos del vencimiento del BAPRO o poder utilizar el saldo a favor de ingresos brutos. Es un sector que está en terapia intensiva”, añade Panebianco.

Desde el radicalismo, Flavia Delmonte, senadora por la quinta sección y referente del partido de La Costa, también suma que “no tenemos ni la prórroga de la emergencia para Pymes ni la reglamentación de turismo. Es algo que nos limita muchísimo. Tenemos un estado provincial ausente y a las pruebas me remito”, le dice a Data Clave.

En la misma línea, Panebianco retoma y afirma que “como ciudadana lo que veo es que no les importan los puestos de trabajo. Y para colmo hay una clara intencionalidad de esconder dónde se usan los fondos”.