El enfrentamiento político entre la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno nacional no es nuevo, pero recrudeció en las últimas semanas debido a la decisión del Presidente Alberto Fernández de suspender las clases presenciales en el AMBA debido al crecimiento exponencial de los casos de coronavirus.

Durante los primeros meses de la pandemia, en 2020, se vivió un tiempo de tregua y podían verse gestos de cooperación entre el mandatario nacional y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Esos días quedaron en el pasado, sobre todo luego de la judicialización del tema de las clases por parte de Ciudad.

"El problema es la circulación de personas. El DNU establece regiones en el país. Las que están con alarma es fundamental que se logre adoptar las distintas medidas, que no sólo incluye la suspensión de la presencialidad en las escuelas sino otras medidas restrictivas para mejorar los niveles epidemiológicos”, aseguró ayer el ministro de Educación de la Nación,Nicolás Trotta, tras reunirse con sus pares de CABA, provincia de Buenos Aires Mendoza, Santa Fe, las provincias con distritos comprometidos por el decreto que suspende las clases presenciales por las próximas tres semanas.

Y hoy, ante la negativa de Ciudad de acatar las medidas, el titular de la cartera educativa redobló la apuesta. "No sé si es ciudad autónoma o ciudad independiente. Ya no es el DNU anterior, es una nueva norma. Es una situación de enorme gravedad institucional", disparó Trotta en diálogo con el programa WakeUp de radio Delta.

En la misma sintonía, el funcionario arremetió:  "A nadie le gusta cerrar la educación presencial. Pero estas decisiones se toman porque estamos enfrentando una pandemia, y hay que asumir el costo, y Larreta no lo asume"

Y sentenció: "En la Ciudad están cometiendo un delito. Desconocen la gravedad y someten a las familias en una situación de tremenda angustia. Cada día que pasa que no se toma una acción se agrava la situación, y el costo es en vidas. Larreta no tiene el coraje que representa el costo de gobernar".

Por su parte, la ministra de Salud porteña, Soledad Acuña, habló en TN y remarcó que “la evidencia demuestra que los contagios en las escuelas son bajísimos. No sentimos que seamos una isla porque desde el primer momento veníamos acordando esto”.

Y agregó: “si el problema de la circulación, trabajemos para mejorarla, pero ya sabemos que las aulas son seguras”.

Asimismo, Acuña le devolvió la gentileza a Trotta: “Supongo que el costo político de cerrar las escuelas para ellos es menor que el de cerrar otras actividades económicas”.

Y agregó: “hay medidas para tomar que no restringen el derecho a la educación, que se garantiza solo de manera presencial. Trabajar con niños no es una actividad de riesgo si se toman las medidas suficientes y en las escuelas están. Es una actividad segura”.