El Gobierno espera una fuerte “enfriamiento” de la actividad económica en lo que queda del año y una leve mejora el próximo. Así quedó plasmado en el proyecto de Presupuesto 2023 que presentó el ministro de Economía, Sergio Massa, al Congreso. La inflación golpea los ingresos, mientras que el acuerdo con el FMI limita la posibilidad de ampliar el gasto para dar asistencias.

De la mano de la aceleración inflacionaria y las restricciones que se aplicaron para endurecer el acceso a dólares para pagar importaciones, en el Gobierno se descontaba con una desaceleración importante del crecimiento en el segundo semestre. De hecho, julio comenzó con el IPC más alto en 20 años, seguido por agosto, y con el BCRA restringiendo el cupo de divisas para empresas por 30 días. Esa última medida se volvió a prorrogar hasta el 31 de diciembre.

El Presupuesto 2023 contempla que la economía crecerá 4% este año, en línea con el arrastre que dejó el 2021, y 2% el próximo. Esa proyección que realizó el Ministerio de Economía lleva implícito un “enfriamiento” de la actividad en el segundo semestre del año respecto a los buenos niveles con los que terminó el primero.

“Dado que junio había dejado un arrastre positivo para el resto del año de 5,1% (último dato del EMAE), la estimación de un crecimiento promedio anual del 4% para este año supone una caída de la economía para el segundo semestre próxima al 1,5% frente al primero, aseguró Ecolatina.

Los primeros datos de alta frecuencia  de agosto que relevó FMyA, que estarían marcando una caída en la actividad por segundo mes consecutivo. Por caso, enumeraron, la recaudación ligada a la actividad tuvo una baja del -3% mensual, principalmente por Cheque e IVA; y ya había bajado en Julio. Asimismo, la producción de autos finalmente se frenó y cayó -7% mensual desestacionalizado, aunque los despachos de cemento subieron 2%, después de 2 meses de caída.

En tanto, la industria marcó una caída del 1,2% en julio y los datos preliminares del Ministerio de Economía reflejan para agosto otra baja en torno al 1,6%, en base al consumo de energía en las plantas. Así, la producción manufacturera opera en niveles inferiores a los de diciembre pasado, reflejando un proceso de estancamiento.

En 2023 se retomaría el crecimiento, con un PBI trepando 2%. “Esta estimación luce un tanto optimista, aunque no tan alejada de la mediana del REM, que proyecta un 1% (similar a nuestra proyección). Aún así, al evaluar el ingreso por habitante se observa que todavía habría camino por recorrer: el PBI per cápita seguiría casi 2% por debajo de 2018 y sería 5% menor a 2017”, destacó Ecolatina.

La consultora Econviews sostuvo: “con arrastre estadístico nulo, para que el promedio quede positivo se necesita generar crecimiento genuino. El Gobierno procurará apuntalar el consumo, pero si busca cumplir el acuerdo con el FMI deberá profundizar el ajuste, con el efecto recesivo que ello implica, y la aceleración inflacionaria dificultará una recuperación del salario real”.