El Gobierno aseguraba que “el día después” de reestructurar la deuda con los privados, los bonos rendirían 10% en dólares; sin embargo, “tras el acuerdo, la falta de un plan consistente hizo disparar el riesgo país”, a 1.400 puntos, recordó el IERAL de la Fundación Mediterránea.

“Este antecedente habrá de pesar en las gestiones ante el FMI y, antes de firmar, Argentina tendrá que comenzar a mostrar resultados”, destacó el informe.

Entre esos “resultados” el IERAL destacó la necesidad de que el Banco Central deje de perder reservas, un gasto público que tendría que empezar a converger y luego perforar la variación de la recaudación tributaria, para reducir la dependencia de la emisión monetaria; y revertir las distorsiones de los precios, como el caso de las tarifas.

Por todo esto “existe un visible conflicto entre instrumentos disponibles y objetivos políticos, a once meses del próximo test electoral”, advirtió el centro de estudios económicos.

El plan de “facilidades extendidas” para negociar los US$ 44.800 millones que Argentina le debe al FMI, “implica condicionalidades más profundas y reformas estructurales” que permitan en el 2026 “cubrir más de US$ 12.000 millones por año” en una proyección que “no incluye vencimientos de provincias ni privado”. 

En ese marco, el Gobierno no puede “prometer” que habrá de llevar el riesgo país a 400 puntos hacia el 2025, “pero sí puede implementar políticas que deriven en ese resultado”.

Para eso “Argentina necesita arrancar con el pie derecho”, por lo que el Banco Central debería probar que puede empezar a recomponer reservas, y “eso pone al Gobierno ante la disyuntiva sobre ¿a qué precio del dólar oficial se recuperarán las reservas? y eso dependerá de la política fiscal y monetaria”.

Por eso “el déficit fiscal es la variable bajo escrutinio, y las cuentas tendrán que mejorar antes de la firma del acuerdo”. En octubre hubo menos déficit, pero todavía el gasto primario sube 17 puntos porcentuales por encima de los ingresos tributarios (54,8 % vs 38,1%).

De cara a 2021, para aterrizar en un déficit primario algo por encima de 3 % del PIB, y para lograrlo, “habría que haber empezado ayer”, destacó el IERAL.

En ese marco destacó que algunas medidas como la suspensión de la cuarta cuota del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE),  el descongelamiento de tarifas que llegaría en marzo, “una demora muy costosa en términos fiscales”, y la nueva forma de actualizar las jubilaciones, todas medidas estas que atentarían contra el apoyo electoral.

Pero además “entre las reformas estructurales no debería faltar una simplificación tributaria, ya que la superposición de presión impositiva entre nación, provincias y municipios empuja la economía a la informalidad, un veneno para la competitividad”.

“Como se ve, hay demasiados temas pendientes para llegar al acuerdo con el FMI. Se mezclan cuestiones técnicas y de diagnóstico con factores políticos, dado las legislativas de 2021. El gobierno se resiste a sincerar las presiones inflacionarias; defiende la paridad cambiaria oficial, posterga ajustes de tarifas y se arriesga al desabastecimiento por exceso de controles”, aseguró el IERAL.

Advirtió además que “se llega a fin de año con un exceso de pesos estimado en 1,5 % del PIB. Esto pese a que el stock de pases y Leliq (instrumentos de absorción) se incrementa este año en 8,1 % del PIB”.

“El riesgo de seguir reprimiendo la inflación está en que, al final del día, esas medidas fracasen y se acelere la suba de los índices de precios, mientras se incurre en el costo de desalentar producción, inversión y exportaciones por exceso de controles”, agregó el informe.

“Con los acreedores privados el acuerdo (por la deuda) demoró más de lo recomendable; ahora debería evitarse ese error, ya que el tiempo no pasa en vano”, concluyó el IERAL.