Los activos argentinos bajaban con fuerza este jueves, mientras que el dólar en los mercados alternativos volvía a subir, ante el temor de que no se alcance un acuerdo entre Argentina y el FMI, luego que el ministro de Economía, Martín Guzmán, reconociera en la víspera diferencias en las negociaciones por la millonaria deuda con el organismo.

Los bonos en dólares se derrumban hasta 3%, por lo que el riesgo país trepaba casi 2% a 1.789 puntos (en el inicio de la jornada llegó a superar los 1.800 puntos), mientras que el S&P Merval caía 2,6% en la bolsa porteña, en un cauteloso clima externo (ante la posibilidad de una aceleración en la suba de tasas por arte de la Reserva Federal de EE.UU.).

Las principales bajas en los títulos en dólares las registraban el Bonar 2030 (-2,9%); y el Bonar 2030 (-2,9%). Previamente, los bonos Globales habían liderado las pérdidas en la plaza local.

En el mercado paralelo, por su parte, el dólar blue sube $1 a $208,50, y en el ámbito bursátil, el dólar MEP y el CCL escalan hasta un máximo de $211 (+1,8%), lo que marcan brechas cambiarias por encima del 100%.

Entre los inversores crece la desconfianza sobre la posibilidad de que Argentina y el Fondo alcancen un acuerdo por la deuda en tiempo y forma (esto es previo al 21 de marzo, cuando el país debe afrontar importantes vencimientos), luego de la presentación de Guzmán, junto con al Presidente Alberto Fernández, ante una parte de los gobernadores provinciales, en la que explicitó un desacuerdo sobre el sendero fiscal, donde el FMI reclama una mayor velocidad junto con una contracción real del gasto.

La propuesta argentina se basa en una consolidación fiscal muy gradual alcanzándose el equilibrio fiscal en 2027, una acumulación de reservas de alrededor de u$s3.000/4.000 millones anuales y una lenta reducción de la emisión para el financiamiento del déficit.

El Presidente también descartó la posibilidad de "tarifazos" de servicios públicos, lo que apunta a aumentos de tarifas por debajo de la inflación en 2022. “La estrategia del gobierno está orientada a un gradualismo fiscal que debe ser convalidado por el FMI y requiere que la suerte en el sector externo acompañe (precios de commodities, tasas de interés internacionales, etc.)”, comentaron desde Delphos Investment. También Guzmán hizo énfasis en cuestiones “geopolíticas”, lo que deja traslucir la falta de apoyo de los principales accionistas del FMI a la propuesta argentina. 

Todavía hay tiempo para acordar antes de los. Sin embargo, los acuerdos que faltan sobre variables claves deberán ser logrados en un tiempo corto y con una gran dosis de pragmatismo.

Desde el Fondo se "pide una política de ajuste que el Gobierno argentino no está dispuesto a llevar adelante porque compromete al pueblo argentino y su posibilidad de crecer y desarrollarse", afirmó la portavoz de presidencia, Gabriela Cerruti, en rueda de prensa. "Esperamos que se pueda resolver lo antes posible (...) Argentina no va a entrar en default".

De todos modos, en el mercado creen que con las importantes diferencias que aún restan para consensuar con el organismo, y la falta de respaldo político interno para reforzar dicha posición, crecen las chances de no alcanzar en tiempo y forma un acuerdo de un plan económico integral - que cuente con respaldo tanto local como externo - en vista a los abultados vencimientos.

Recordemos que Argentina registró en 2020 un déficit primario del 6,5% del PIB debido a un fuerte aumento del gasto durante la pandemia de COVID-19, y tiene previsto bajarlo al 3,3% este año (aunque con ayudas excepcionales como el impuesto a las grandes fortunas, y los Derechos Especiales de Giro, recibidos por parte de FMI), después de que la economía iniciara un proceso de recuperación con un crecimiento de alrededor del 10% en 2021.

La controversia se suscita en momentos que el país rompió un nuevo récord de contagios de COVID-19 y se acerca a los 100.000 casos diarios oficiales, mientras enfrenta una tercera ola de la pandemia impulsada por la variante ómicron.

Pero además del impacto por las diferencias con el FMI, los activos argentinos sufren ante una caída de los mercados emergentes, afectados por la minuta de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, que mostró que es posible un alza de tasas más rápido de lo previsto y que también reduzca su tenencia de títulos para controlar la alta inflación.

Mientras tanto, los inversores esperan una suba de tasas por parte del BCRA, quien en su reporte de perspectivas para el 2022 reafirmó la aceleración de la devaluación al ritmo de la inflación y la fijación de interés que generen retornos reales positivos para las tenencias en pesos.

A nivel cambiario, el BCRA aprovecha cada jornada de saldo neutral, o con leve posición compradora, para ganar tiempo a la espera de dilucidar si se alcanzará a tiempo un acuerdo con el FMI, y cuál sería la nueva estrategia asociada para intentar recuperar reservas.