En un movimiento superlativo, quizás el más importante en dos años, las acciones argentinas volaron hasta casi 79% en poco más de una semana tanto en Wall Street, como en la bolsa porteña, ante una conjunción -sobre todo- de motivos locales, dentro de los cuales predominan las especulaciones sobre un resultado electoral desfavorable para el oficialismo, a los que se sumaron algunas otras causas globales, como un sostenido apetito por el riesgo, tras un discurso con tono moderado de la Reserva Federal de EEUU frente a su política monetaria. Todos estos factores se potenciaron entre sí y despertaron un fuerte apetito de los grandes fondos de inversión, aquellos que realmente pueden mover la aguja del mercado financiero local.

Tras testear mínimos de 2021 hace apenas unos meses, los papeles argentinos parecían haber quedado decididamente fuera de la fiesta de Wall Street -que hasta el día de hoy no para batir récords-, operando en muchas jornadas en forma diametralmente opuesta, o logrando capturar muy a cuenta gotas la gran demanda internacional sobre los activos de riesgo.

Sin embargo, ya desde la semana pasada algo comenzó a cambiar: desde rumores de un eventual acuerdo con el FMI, algo que el mercado descuenta tras las elecciones, la llegada de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI a las reservas del Banco Central, o los acuerdos por la deuda de Provincia de Buenos Aires (este lunes se confirmó que reestructuró el 98% de sus pasivos en dólares y generó alivio por u$s4.600 millones) y La Rioja. 

Aunque desde mediados de la semana pasada, la tendencia se aceleró decididamente a partir de los que los operadores llaman el “trade electoral”, básicamente una apuesta muy firme del mercado, en base a especulaciones, y algunos sondeos, de que el Frente de Todos no tendrá una buena performance en las elecciones de medio término, y perderá poder en el Congreso nacional.

Esta expectativa se reflejó nítidamente, tanto en el volumen operado en acciones locales, que se duplicó llegando este lunes a rozar los $2.500 millones en BYMA, y en las importantes subas de dos dígitos en varias acciones.

Hubo una empresa que sobresalió sobre el resto: Edenor, la compañía de Vila- Manzano, saltó 69,3% en los últimos seis días (el lunes trepó 21%), ante la expectativa de que tras las elecciones habrá un reajuste tarifario. Luego, con alzas de hasta 36% aparecieron los bancos, como BBVA, Macro, Supervielle, y Galicia en Wall Street. El sector financiero suele ser el más sensible ante cualquier tipo de cambio de expectativas sobre el mercado argentino.

Estas subas impactaron en la bolsa local, y el S&P Merval logró su mayor suba del año este lunes, al dispararse un 4,3% para alcanzar un nuevo récord en pesos. El efecto del resultado de las elecciones provinciales del domingo en Corrientes, donde el peronismo sufrió una dura derrota, alimentó el “trade electoral”.

Muchos operadores de mercado vinculan este rally del mercado, con las fuerte subas que las acciones argentinas registraron a mediados de 2013, cuando la Bolsa, luego de tocar piso entre fines de julio y principios de agosto de aquel año, empezó un Bull Market importante, ante la expectativa que generaron las elecciones legislativas, cuyo resultado le puso un freno a las intenciones de la re reelección de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.  

“Hay algunos puntos de contacto con aquella situación: el Merval parte de un mismo punto de partida, en torno a los u$s400, gran parte del rally responde a un ´trade´ político-electoral”, dice a Data Clave, Diego Martínez Burzaco, Head of Research de Inviu.

Pero, al mismo tiempo, existen algunas diferencias respecto de aquel momento: “La oposición ya no es tan desconocida como lo era en 2013, acerca de lo que podría ofrecer desde el punto de vista de la expectativa, pero además se parte de un nivel mucho más bajo del PBI si se tiene en cuenta la situación actual del sector privado y las expectativas, con lo cual creo que hay que ser cauteloso”, advierte el Head of Research de Inviu.

En ese sentido, el mercado debería haber aprendido respecto de lo que pasó en otros periodos electorales: muchos aún tienen en la retina el 2019, cuando apostaron a una victoria de Mauricio Macri en las PASO, a partir de lo que mostraban muchas encuestas, pero las urnas respondieron de otra manera, y el mercado sufrió una de sus mayores caídas de la historia.

Por su parte, Sergio Morales, fundador de Interfinance.com.ar recuerda que “las grandes subas y bajas de la bolsa argentina en la historia se dieron en períodos electorales. Esto se debe a la expectativa y la realidad que enfrentan los inversores tras la necesidad de un giro de las decisiones gubernamentales hacia una política Market Friendly”.

En este sentido, el especialista remarca que “el mercado local sostiene un rally alcista impulsado por los primeros datos electorales que coinciden con una derrota del oficialismo por propuestas más moderadas y/o pro mercados”. Recuerda Morales que la dura caída de las acciones tras la victoria del actual oficialismo en 2019 post-PASO dejó “valuaciones relativas provenientes del sector energético muy por debajo de la media regional, con lo que resulta lógico que puedan acelerar la suba del precio sus las acciones si existe la posibilidad de un cambio en la política tarifaria”.

Para el economista Gustavo Ber, entre las causas de este rally de mercado argentino aparecen: “Envión externo, trade electoral y expectativa por posibles negociaciones con el FMI". Explica que "sobre todo, los dos primeros, han activado apuestas tácticas orientadas al ´trading´, en especial en terreno fértil como son las castigadas valuaciones”.

Por último, el analista de Bull Market, Mauro Mazza, dijo a este medio que “tres factores se combinaron en este rally: los acuerdos de deuda logados por Edenor, la acreditación de los DEG que disparó informes a favor del riesgo crediticio soberano y las elecciones obviamente”. Además, “está la idea de que gane quien gane el FMI logrará que pase por Congreso sus pedidos para rubricar un acuerdo”, agregó. Mazza remarcó que “cuando sumas todo eso y te fijas que los fondos tenían en promedio la mitad de la exposición en renta variable versus el promedio histórico, cualquier movimiento de exposición era explosivo”.