Fue adelanto de Data Clave que la reacción del gobierno nacional al mazazo electoral llegaría rápido. Este martes, culminada la agenda en el municipio que conduce Mariano Cascallares, el presidente Alberto Fernández tuvo un encuentro con los principales referentes de gestión bonaerenses. Estuvieron también el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el titular del bloque oficialista, Máximo Kirchner.

La nómina la completan Victoria Tolosa Paz, la intendenta de Quilmes Mayra Mendoza, Nicolás Mantegazza, intendente de San Vicente; Marisa Fassi, intendenta de Cañuelas; Alejandro Granados, intendente de Ezeiza; Andrés Watson, intendente de Florencio Varela; Mario Secco, intendente de Ensenada; Fabián Cagliardi, intendente de Berisso; Hernán Yzurieta, intendente de Punta Indio; Mariano Cascallares, Almirante Brown y los ministros Santiago Cafiero, “Wado” De Pedro, Gabriel Katopodis, Matías Kulfas y Jorge Ferraresi.

Ya este lunes el mandatario almorzó con ministros claves en la organización de lo que será la búsqueda del voto que no acompañó en las PASO al Frente de Todos. La búsqueda estará orientada en remontar en distritos “peronistas” asumiendo que la baja participación postergó votantes propios.

En esa reunión participaron del Jefe de Gabinete y dos de los hombres de su mayor confianza: Katopodis y Juanchi Zabaleta. En el encuentro se analizaron los números de las elecciones pero también se comenzó a desplegar los movimientos a seguir hasta noviembre. Ambos ministros, además de estar a cargo de cajas claves, son hombres de gestión en el conurbano profundo. Donde el oficialismo deberá revertir la imagen.

"No percibieron el enorme esfuerzo realizado por el gobierno para asistirlos en la pandemia", dijeron a Data Clave fuentes con acceso al despacho presidencial. El otro punto importante es que Alberto "se pondrá la campaña al hombro y recorrerá todo el país para intentar revertir el resultado adverso de las primarias", confió a Data Clave un funcionario con nexo al principal escritorio de la Rosada.

En el gobierno se percibe que la baja participación electoral influyó en la magra cosecha de votos en distritos con ADN peronista. Allí, se recostaron en dirigentes propios para salir a buscar el voto y apuntalar a los que hayan quedado heridos tras las PASO. No son pocos los espacios en donde por la falta de internas, producto de una estrategia de “unidad” festejada en un principio, jugaron a desgano. Al menos, eso interpretan en la Casa Rosada. 

La estrategia de no abrir internas en el Frente de Todos ahora es cuestionada desde dentro del propio peronismo. “No sé quién toma las decisiones hoy, pero el ABC de la política dice que a mayor participación, los números se elevan. Y a nosotros no se nos permitió participar. Se logró una unidad que, sin internas, es de los cementerios”, le dijo a Data Clave, el ex intendente de Merlo, Raúl Othaceché, que no pudo presentar lista por resolución de la justicia.

“No entiendo por qué se protegió a los intendentes malos. Fijate lo que pasó en José C. Paz, se hizo una de las mejores elecciones con tres listas en juego. Eso mismo podría haber ocurrido en Merlo”, agregó el histórico barón del conurbano oeste.

También desde el sur mostraron descontento con la estrategia oficial. Agustín Celi, concejal del Frente de Todos en Berisso, apuntó a Data Clave que que “nuestro espacio quedó muy dolido. Es muy difícil pedirle a los compañeros que acompañen a la misma persona que no te dejó competir. Hubo mucha gente que no fue a votar y eso bajó el porcentaje de votos”. 

El Frente de Todos en Berisso cayó más de 20 puntos con respecto a la elección de 2019. “Es muy difícil que de acá a noviembre cambie. No nos llamaron y nos ningunearon. Y eso terminó en un fracaso rotundo”, cerró.