El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, tomó la decisión en los últimos días de oficializar su respaldo al intendente de la capital provincial, Martín Llaryora. Con su bendición, el mandatario del PJ empezó a acomodar parte de lo que será la elección entre el oficialismo y la oposición en la puja por el control de una jurisdicción de fuerte peso nacional.

La decisión de Schiaretti, quien condujo los destinos de la provincia durante dos mandatos, y que no podrá ir por un una nueva elección, también dejó en evidencia que hay gobernadores que tampoco podrán buscar un nuevo período y que, por el contrario, no cuentan con una línea de sucesión clara ni con una bendición en consecuencia.

En esta situación, se encuentran los mandatarios de Santa Fe, Omar Perotti; Chubut, Mariano Arcioni; Entre Ríos, Gustavo Bordet. Los tres con realidades diferentes, pero un factor en común: hoy no cuentan con un delfín propio que asegure el triunfo del oficialismo. Y, para colmo, todos cuentan con chances de poder perder la provincia.

El caso de Chubut es más claro. Allí, Arcioni no podrá busca un nuevo mandato debido a que ya fue vicegobernador del fallecido Mario Das Neves y tras ser electo en 2019 utilizó sus dos estadías consecutivas en el poder. Ahora, mandatario provincial quiere subirse al tren del ministro de Economía, Sergio Massa, con la intención de poder colarse en el Congreso como diputado nacional a través de una alianza con el peronismo local. Algo que, por el momento, no tiene fuerza. Pero que, desde adentro, todos saben que es necesario para poder detener la avanzada de Juntos tras la victoria de 2021 con casi el 40 por ciento de los votos.

En aquella oportunidad, los aspirantes de Arcioni solo lograron un 10 por ciento en la nómina de diputados e igual número para senadores, quedando en el cuarto lugar y decretando el fin del provincialismo.

La sucesión hoy se dará entre alguien del PJ o el PRO, pero el gobernador no podrá contar con la continuidad de su proyecto en la provincia.

En Santa Fe todo es más volátil. Sucede que la imposibilidad de que los gobernadores sean reelectos lleva a que las sucesiones sean pensadas con mayor tiempo. Sin embargo, hoy Perotti no cuenta con un referente político que asegure una continuidad. O mejor dicho. Los aspirantes no miden lo necesario para garantizarlo.

Con la ministra de Gobierno, Celia Arena, y el diputado Roberto Mirabella como principales candidatos propios, el gobernador tiene dos jugadores en cancha recorriendo los distintos sectores del territorio. Sin embargo, quien está al frente de los estudios de campo es el periodista deportivo, Marcelo Lewandowski, que no responde internamente al gobernador.

Para cerrar, la situación en Entre Ríos parece más encaminada. Sin embargo, todavía no está definido nada. Sucede que el peronismo le teme a una derrota contra Rogelio Frigerio y busca sacarse todas las dudas antes de darle la venia al intendente de Concordia, Enrique Cresto.

No es el único en la lista. Laura Stratta, Adán Bahl (a cargo de Paraná) y Martín Piaggio (Gualeguaychú), no se bajan de la contienda. Y las dudas, brotan.