Son tres los planes que definió el Gobierno respecto a las elecciones legislativas de este año: postergar las fechas, unificar las primarias con las generales o suspenderlas. A la segunda, son pocos los que la entendieron, o los que la ven viable. En el oficialismo reconocen que las que siguen en carrera son las otras dos. Pero ambas deberán ser aprobadas por la mitad más uno del total de la Cámara de Diputados y del Senado para avanzar. No es, entonces, tarea sencilla para el Frente de Todos. 

El proyecto de eliminar las primarias surge de los gobernadores, peronistas y radicales. Se simplifica el armado de los frentes sin una interna. El Gobierno siempre fue claro respecto a qué deben ser ellos los encargados de reunir los votos para avanzar en este sentido. Pero la idea fue gustando en la Casa Rosada. Evitar un comicio y postergar la fecha le daría tiempo al Gobierno en búsqueda de mejores resultados económicos y sanitarios (campaña de vacunación) para llegar con mayores chances a las urnas. 

Escenario legislativo 

La definición de una posible suspensión de las PASO tiene una doble pelea interna en los bloques mayoritarios de la Cámara de Diputados. Un tema que divide como un proyecto transversal, cruzado por las estrategias electorales en las dos coaliciones con mayor cantidad de escaños. Gobernadores peronistas y radicales del norte de un lado y La Cámpora y el PRO del otro. En este tema, los extremos parece que se acercaron.

Los que pugnan por la suspensión de las PASO saben que llegado el momento la realidad sanitaria va a ser insostenible para realizar dos elecciones. Con este ritmo de contagio y con las escuelas destinadas a vacunatorias, el despliegue para las elecciones primarias en agosto se hará complejo.

Los gobernadores peronistas ya se lo han dicho al presidente Alberto Fernández  y movieron sus fichas sobre el final del año pasado en el Congreso. En estos primeros meses, levantaron la cabeza dos gobernadores radicales, Gustavo Valdés (Corrientes) y Gerardo Morales (Jujuy). Fuentes de la UCR aseguran que la única motivación es sanitaria y que ninguno de los dos tiene riesgo de tener internas en sus distintas que motiven a segundas lecturas.

Morales, Capitanich y Valdes insistieron esta semana ante Wado de Pedro en suspender las primarias
Morales, Capitanich y Valdes insistieron esta semana ante Wado de Pedro en suspender las primarias

A los diputados del Frente de Todos referenciados en el peronismo de los gobernadores, se les suman entonces los legisladores radicales de estos dos distritos del norte. Además, los espacios federales que ya se han manifestado a favor de la suspensión. Tanto el interbloque Federal, que preside Eduardo “Bali” Bucca como Unidad para el Desarrollo, de José Luis Ramón, apoyan la idea de cancelar por un año las primarias y han presentado proyectos para esto.

En el caso de los radicales por Mendoza, otra de las provincias que gobierna el centenario partido, su postura es que no hay que modificar la regla electoral “por pura especulación política”, se oponen a esto. Hacen foco en las declaraciones del ministro de Salud en su visita a Diputados esta misma semana donde señaló que en julio se llegaría a la inmunidad de rebaño. “Distinto es el supuesto que no exista competencia electoral en ninguno de los frentes y partidos en una categoría, donde allí si la PASO se transforma en un gran encuesta y cara, pero que no dirime candidaturas, donde puede eventualmente evaluarse, pero eso solamente se puede saber una vez que las listas de todos los partidos se presenten”, aseguró el diputado Luis Petri a Data Clave.

Desde Consenso Federal, el bloque de Roberto Lavagna, presentaron un proyecto que suspende las internas y además promueve la boleta única argumentando sus beneficios en medio de la pandemia. Según afirman, reúne varios beneficios sanitarios como la no necesidad de reponer constantemente las boletas. Por su parte, el propio Ramón presentó un proyecto para postergar las primarias de este año y destinar ese dinero a la salud.

El grueso del Frente de Todos kirchnerista, y puntualmente La Cámpora, es el sector del oficialismo que más se resiste a hacer una suspensión total de las primarias abiertas. Una ley nacida y criada en el corazón del gobierno cristinista por impulso de Néstor Kirchner. Desde la vereda de enfrente, es el ala dura de Juntos por el Cambio el que más se opone a cambios electorales en el mismo año en que deben desarrollarse los comicios. En la oposición lo toman como una estrategia que busca beneficiarse para garantizar la unidad del oficialismo. 

Pero incluso en este sector hay propuestas para modificar las elecciones de medio término, la radical de la Ciudad de Buenos Aires cercana a Martín Lousteau, Carla Carrizo, presentó a fines del año pasado un cambio que podría ser una via alternativa. Un retraso en el cronograma electoral que sitúe las PASO en septiembre y las acerque a las generales. También promueve la utilización de la boleta única.

En La Cámpora podrían abrir un canal de negociación al interior del bloque si se le garantiza un protagonismo que debió ceder en 2019 en pos de la unidad que finalmente los coronó ganadores, con la mira puesta en encabezar la lista de diputados nacionales en provincia de Buenos Aires y las listas de concejales en distritos clave hoy al mando de “albertistas” puros.

Alternativa

La ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral que se sancionó en 2009 con el impulso de Florencio Randazzo y que instaló las PASO al sistema electoral argentino dispone que la elección primaria debe realizarse “el segundo domingo de agosto del año en que se celebren las elecciones generales previstas en el artículo 53 del Código Electoral Nacional”.

En el Gobierno imaginan postergar esa fecha al último domingo de septiembre y la general en noviembre. Pero este cambio también deberá ser aprobado en el Congreso. No obstante, entre los impulsores del proyecto de suspensión estiman como más “pasable” esta reforma. “Es la más barata en costo político y la menos conflictiva con la provincia de Buenos Aires”, le dijo a Data Clave uno de los firmantes de la iniciativa. 

Cualquiera de los proyectos que avance será digno de una difícil batalla legislativa para el Gobierno, que deberá enfrentar en un año en el que sobra poco margen para derrotas. De todas formas, postergar el calendario se convierte cada vez más en una prioridad para la Casa Rosada. Es una historia en desarrollo.