El Gobierno finalizó las negociaciones técnicas con el staff del Fondo Monetario Internacional y en las últimas horas se estaba trabajando en la redacción del Memorándum Técnico de Entendimiento y su traducción en inglés. La negociación ahora es político-semántica para no dar lugares a interpretaciones “poco convenientes”, mientras que la disputa que sigue es hacia adentro de la coalición gobernante.

Ante la consulta de Data Clave, desde el Gobierno reconocieron que se está trabajando en los “detalles más técnicos” y la redacción del documento. En concreto este último punto tiene que ver con la traducción y el tono que tendrá el texto que luego será presentado ante el Congreso y el directorio del Fondo.

En ese sentido, las fuentes comentaron que “en breve se darán a conocer los pormenores del acuerdo” de facilidades extendidas con el organismo para refinanciar el préstamo por US$ 45.000 millones que tomó el Gobierno de Mauricio Macri entre 2018 y 2019.

Dichas informaciones van en línea con lo que dijo ayer ante la Asamblea Legislativa el presidente Alberto Fernández. El mandatario reconoció que aún faltaban cuestiones de “formalización” del programa que espera “concluir a la brevedad” y afirmó que pronto será remitido al Parlamento.

En las últimas horas, en la Casa Rosada reinaba la precaución a la hora de referirse al cierre de las negociaciones. El Ejecutivo deberá esperar el visto bueno del directorio del organismo, que manejan las potencias y sobre todo Estados Unidos, y su tratamiento en el Congreso argentino donde todavía estaba la incertidumbre sobre el acompañamiento de propios y ajenos al Frente de Todos.

La línea gruesa del acuerdo ya se había acordado en la madrugada del martes, previo al discurso presidencial, entre el ministro de Economía Martín Guzmán y la directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental Julie Kozack. Sin embargo, el Presidente ayer  fue cauteloso a la hora de hablar sobre el tema debido a los pasos que faltan recorrer.

Las trabas

En las últimas semanas, las negociaciones estaban trabadas en dos puntos centrales: la reducción de subsidios a la energía y el calendario de desembolsos que deberá hacer el Fondo para que Argentina pague los vencimientos que caen en los próximos tres años. 

El Gobierno tenía previsto, y anunciado oficialmente, un esquema de aumento en las tarifas de energía en promedio del 20% a lo que se sumaría una segmentación para 500.000 usuarios del Amba que pasarían a pagar la boleta completa

"El programa de segmentación irá avanzando sobre el universo de usuarios que están en condiciones de afrontar el pago pleno de la energía, quitando el subsidio que existe en la actualidad", ratificaron fuentes oficiales, quienes recordaron que "el 60% de la tarifa en el AMBA está hoy subsidiada".

La suba en el precio del Gas Natural Licuado, insumo clave que se utiliza para generar energía en nuestro país, ya venía en aumento y la invasión de Rusia Ucrania presionó los precios todavía más. Esta dinámica encarece los subsidios y fue la excusa del FMI para pedir un aumento generalizado del 60%, por encima de la inflación esperada en torno al 50% para 2022.

Finalmente, Argentina arregló con Washington una salida “alternativa”. Se avanzará con la etapa de aumento planteada originalmente y luego se profundizará la segmentación. En detalle, las tarifas de los sectores de menores ingresos aumentarán durante el corriente año sólo 40% de lo que lo hagan los salarios medidos por el índice de variación salarial, mientras que habrá subas del 80% de ese indicador para los demás hogares.

Esta propuesta va en línea con la Ley de Emergencia Tarifaria que vetó Mauricio Macri en 2018, cuando la intención de la oposición en aquel momento era que las tarifas fueran por detrás de los salarios luego de los "tarifazos" de 2016 y 2017.

En cuanto a los desembolsos, el miedo del Gobierno estaba puesto en el esquema que pretendía el FMI de pagos contra vencimientos, algo que podría convertirse en una Espada de Damocles constante.

Un informe de Fide recordó lo “vertiginoso” del calendario de pagos firmado en 2018. “Solo en 2022 deberán realizarse más de 19 pagos al organismo. En 2023 habrá 22 pagos. Esto implica pagos todos los meses y, en algunas oportunidades, hasta dos o tres veces por mes. El monto promedio de estos desembolsos, incluyendo capital e intereses, será de unos US$ 920 millones”, destacaron.

La madre de todas las batallas

Los pasos a seguir por el acuerdo con el Fondo serán los que realmente marquen el futuro de Argentina en los próximos meses. La madre de todas las batallas estará en el Congreso con la necesidad de su aprobación en menos de 20 días, plazo en el que se deberán pagar al organismo US$ 2.800 millones que no están en el Banco Central.

En el frente interno, el kirchnerismo, socio mayoritario de la coalición oficialista, está descontento con el acuerdo y con el tono político que se está utilizando para comunicar el entendimiento. Creen que hay un velo de “optimismo” que podría dejar pegado al peronismo como principal responsable de la deuda con el Fondo ante la sociedad.

Por el lado opositor, las embestidas del Presidente ayer contra el Gobierno de Macri generaron la salida del recinto del ala más dura de Juntos por el Cambio que se referencia en el expresidente. La postura más “halconizada” sostiene que el acuerdo al que llegó Martín Guzmán será una bomba de tiempo a estallar en el próximo Gobierno. Mientras tanto, la Coalición Cívica y la UCR muestran posturas más moderadas y se los ve dispuestos a acompañar.