Ya pasaron casi dos años desde que Elena Highton de Nolasco presentó su renuncia a la Corte Suprema de Justicia en una carta enviada al presidente Alberto Fernández. Desde ese momento, el Jefe de Estado no propuso ningún candidato, aunque circularon varios nombres de posibles reemplazantes. 

Para la aprobación del pliego se requiere el voto afirmativo de dos tercios de los miembros del Senado que estén presentes al momento de la votación. Este punto se volvió una “misión imposible” para el Frente de Todos a la hora de consensuar con el bloque de Juntos por el Cambio. La situación no parece fácil en el corto plazo, ya que la falta de quórum y la imposibilidad de encontrar una agenda común mantiene vacío al recinto y paralizó otros proyectos de menor impacto.

Pero en diciembre próximo y tras las elecciones, Juan Carlos Maqueda cumplirá 75 años, la edad límite fijado por la Constitución. Se espera que el supremo se jubile y con esta vacante, la Corte quedará integrada solamente por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.

De este modo, el próximo presidente electo tendrá que cubrir dos vacantes, algo que sucedió durante el mandato de Mauricio Macri, quien logró -tras la polémica designación por decreto- que el Senado aprobara los pliegos de Rosenkrantz y Rosatti. Vale recordar que cuando Cambiemos llegó al Gobierno, la Corte tenía un cargo vacante, por la renuncia de Raúl Zaffaroni, en diciembre de 2014. Y, un día después, el 11 de diciembre, se hizo efectiva la renuncia de Carlos Fayt.

A estas sillas vacías se suma la del Procurador General de la Nación, cargo que ocupaba Alejandra Gils Carbó y que se encuentra interinamente en manos de Eduardo Casal. Fernández envió al Senado el pliego del juez Daniel Rafecas para jefe de los fiscales, pero el Senado nunca le dio su acuerdo. Sin resultados, asimismo, se incluyó el tema en la convocatoria a sesiones extraordinarias, en enero último.

Y el listado de vacantes no termina ahí: a modo de ejemplo, tampoco se logró cubrir la Defensoría del Pueblo, la Procuración Penitenciaria de la Nación y dos lugares en la Cámara Federal de Casación Penal tras las renuncias de Liliana Catucci y Eduardo Riggi, entre otros.