Son los días más convulsionados para el gobierno nacional en los dos años y monedas que lleva de gestión. Y eso que ya pasó por una derrota electoral, cambios múltiples en el gabinete, una pandemia y coletazos de una guerra en Europa. Sin embargo o a causa de toda esta concatenación de hechos, la mayor dificultad que transita la gestión de Alberto Fernández tiene que ver con los enfrentamientos en la propia coalición del Frente de Todos.

Las últimas semanas estuvieron signadas por conflictos internos en el oficialismo, que fueron capitalizados por una oposición que también tiene su propia grieta, pero no tiene la responsabilidad ni la presión de gobernar.

Las diferencias políticas que arrastra el FdT desde su génesis se potenciaron con las últimas decisiones del mandatario y amenazan con romper la alianza electoral.

En este contexto, Fernández volvió a hacer declaraciones en un contexto complicado. A horas de la divulgación de la medición del índice de precios del mes de febrero, el Presidente advirtió en un acto en Tortuguitas que "el viernes va a empezar otra guerra, contra la inflación en la Argentina. Vamos a poner a los especuladores en orden".

Dijo que luego de que esta semana finalice en el Parlamento la discusión por el entendimiento con el FMI comenzaba una nueva etapa.

"Espero que esta semana podamos empezar a poner orden al tema de la deuda tremenda de la deuda que heredamos. Y el viernes empieza la guerra contra la inflación en la Argentina; vamos a terminar con los especuladores", aseguró.

Asimismo, Alberto culpó a la guerra en Europa por el aumento exponencial en los precios de los alimentos. No obstante, aseguró que una vez finalizada la discusión por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno se enfocará en dar esa batalla.

Las estridentes declaraciones se producen luego de la marcha atrás con la polémica subsecretaría de Resiliencia y en medio de críticas por la poca voluntad del Ejecutivo de presionar a las entidades del Agro con la suba de retenciones.