La dificultad para acumular reservas es la preocupación central del Ministerio de Economía. Para Martín Guzmán, la disponibilidad de dólares es la principal herramienta para estabilizar la actividad y, entre otras cosas, contener las expectativas de inflación. Las empresas que importan insumos para producir están en alerta por posibles restricciones, mientras que en el Gobierno no descartan maniobras “especulativas”, aunque tampoco admite más cepo. 

La administración del comercio internacional será también uno de los desafíos del recién asumido Daniel Scioli. El nuevo ministro de desarrollo Productivo afirmó que "no va a haber cepo de ningún tipo", sobre los rumores de nuevas restricciones a compras en el exterior del Banco Central. Sin embargo, aclaró que “muchas veces cuando hay una brecha cambiaria hay maniobras especulativas. Se instala incertidumbre sobre las reservas, pero la Argentina no tiene cepo ni súper cepo. Hay una administración responsable de las reservas”.

La consultora Ecolatina identificó los 4 principales factores que pusieron mayor presión a las importaciones, además de la reactivación económica que demanda mayores volúmenes. “(i) el salto en la energía, los mayores costos logísticos y el creciente déficit turístico impulsan una mayor salida de divisas; (ii) factores que exacerban estos efectos: apreciación real del tipo de cambio, brecha elevada, tasas reales negativas y ciertos temores sobre el abastecimiento de insumos en el invierno incentivan un adelanto en las importaciones y menores liquidaciones en el MULC; (iii) falta de financiamiento comercial impide aplazar pagos de importaciones; (iv) demora en ventas de soja y falta de gasoil”, enumeraron. 

Sin embargo, un documento que circuló por despachos del área económica del Gobierno generó cierto resquemor sobre la administración de reservas. Es un informe de PxQ de Emmanuel Alvares Agis, en el que se asegura que hay unos US$ 10.000 millones de importaciones que no se explican ni por el nivel de actividad ni del tipo de cambio real parecen haber generado un replanteo de los mecanismo de administración del comercio exterior y las divisas. “Sin una compra de reservas contundente por parte del BCRA, su rol como market maker puede resultar contraproducente”, resaltó la consultora.

El diagnóstico del Gobierno, más allá de que no niegan maniobras especulativas, es que hubo un “cambio en la estacionalidad de los gastos”. Por caso, consideran que hubo mayores desembolsos para importar energía por parte del Central, en un marco de precios récord, y una menor liquidación del agro que la esperada. Aunque aún así, el campo aportó una cantidad récord de divisas en lo que va del año

Los efectos colaterales desatados por la guerra en materia económica determinaron para el segundo trimestre una mayor demanda de gasto público no incluida en el programa original con el FMI, dentro del cual también se incluye el refuerzo de ingresos para trabajadores informales y jubilados para compensar la suba de los precios de los alimentos.

"Tenemos una dinámica de gasto real más alto, antes de lo pensado. Por eso, la política monetaria y fiscal no puede quedarse quieta si queremos alcanzar tasas reales positivas en el mediano plazo y acumular reservas", afirmaron fuentes del Palacio de Hacienda.

De todas formas, el Gobierno no modificará las metas cuantitativas anuales del Fondo: una acumulación de reservas internacionales de US$ 5.800 millones, un nivel de déficit primario equivalente al 2,5% del PBI y un nivel de asistencia monetaria al Tesoro por parte del Banco Central no mayor al 1% del PBI.

"Las importaciones de energía tienen una estacionalidad diferente que afecta el mercado de cambio. Por eso, la readecuación de la tasa de interés busca generar los incentivos para acumular reservas", aseguraron las mismas fuentes. Aún así, manifestaron que el impacto a lo largo del año será "neutro" y que sólo se está "adaptando el presupuesto a un nivel de nominalidad mayor" y a cambios en la temporalidad del nivel de gasto.